—Qué hermoso —incluso alguien tan vulgar como Oriana no pudo evitar que le robaran el aliento.
—Viene en par, y se considera una especie de reliquia preciada de un imperio caído —luego Rosetta le mostró otro colgante igual al que tenía en su mano—. Puede conectarnos a ambos cuando quieras hablar conmigo. Transmitirá tus pensamientos a mí sin importar lo lejos que esté de ti.
Oriana la miró con asombro.
—¿Es eso posible?
—En el mundo de la magia, todo es posible. Si sabes que eres una Bruja Negra, entonces debes ser consciente de lo que la magia puede hacer.
Oriana siguió observando ese colgante.
—¿Cómo funciona exactamente esto?
—Inserta tu energía en esta piedra.
—¿Así?
—Sí, hazlo también con mi colgante.
Después de que Oriana insertó su magia, emitieron un tenue resplandor antes de volver a la normalidad.