Dos días antes del día de la boda...
—Saludos, Madre —Arlan inclinó la cabeza.
Una mujer de mediana edad elegante con una impresión suave le sonrió agradablemente. En ese momento, su dama de compañía acababa de quitarle el abrigo de viaje, aún se podía ver el cansancio en su rostro. Los sirvientes se retiraron de la alcoba de la Reina de manera tactful, dejando a los dos a solas.
—Finalmente, hemos llegado. Ese tipo de viaje largo fue demasiado agotador para una pobre anciana como yo —se quejó un poco la mujer.
—¿No veo ninguna anciana en la habitación, verdad?
La mujer se rió. —¿Cómo has estado, Arlan? Debe haber sido duro para ti organizar los preparativos de la boda en nombre de tu hermano y yo. Estaba preocupada de que un retraso inesperado nos hiciera posponer la boda de Lenard...
Arlan le ofreció la misma sonrisa y abrazó a la mujer, —Aun así, no puede haber boda sin el novio. Los invitados pueden esperar. Te preocupas demasiado, Madre.