La reunión anual de la Corporación Drew apenas había durado media hora, y Boyd Drew estaba cabizbajo bajo el escrutinio de todos los ejecutivos senior, mientras Caleb Mamet estaba sentado en un sofá, saboreando tranquilamente su vino tinto. Su expresión permaneció inalterada de principio a fin.
Al escuchar que tenía que compensar a Caleb con 1.8 mil millones de dólares, Vivian Drew se enfureció repentinamente.
—¿Por qué? ¡Esos eran 1.8 mil millones de dólares, no solo dieciocho millones! Además, la familia Drew ya estaba pasando por dificultades. ¿Cómo podía Caleb tener el descaro de pedir ese dinero?
¡El bastardo nacido de esa perra debería haber sido asesinado! ¡Si tan solo lo hubieran matado cuando era joven, no habría tantos problemas ahora!
Vivian Drew no pudo contener su ira y maldijo:
—¡Caleb! ¡Lobo desagradecido! ¿Cómo puedes pedir ese dinero? ¡Son 1.8 mil millones de dólares!
Tan pronto como cayeron sus palabras, la sangre de Sir Drew subió a su cabeza, y rugió: