"Caleb echó un vistazo a sus mejillas sonrojadas y ojos borrosos, y lo entendió enseguida.
El hombre levantó la comisura de su boca —Sra. Mamet.
—¿Eh?
—No pienses que no sé lo que estás pensando. Tu saliva está a punto de fluir de tu boca.
Xaviera tocó inconscientemente la comisura de su boca, se dio cuenta de que Caleb la había engañado y puso pucheros —¡Caleb, me mentiste! ¡Eres tan molesto!
El hombre la envolvió en sus brazos, presionó fuerte contra su delicado cuerpo, y su ardiente mirada se posó en su claro cuello y clavícula —¿Lo quieres?
¡Oh! ¡Eso es demasiado explícito! ¡Ella aún es una niña!
Xaviera se sonrojó. Aunque no era apropiado decir esto en este momento, se encontraban en el dormitorio. El entorno y la atmósfera que los rodeaba inevitablemente la hicieron pensar en ello.
En su mente, apareció de repente la escena de aquel día. Caleb apretándola, jadeando ligeramente, el suelto cabello en su frente se balanceaba poco a poco.