Los labios delgados de Caleb Mamet se apretaron, y levantó la pierna para irse.
Si Xaviera decía el nombre de ese hombre, no podría controlarse y lo mataría.
Xaviera se quedó sorprendida, no esperaba que Caleb tuviera un temperamento así, como el de una esposa enfadada.
Rápidamente se levantó y lo persiguió.
—¿Caleb, realmente no lo sabes?
—¿No quieres saber qué hermano me gusta más?
El hombre frunció el ceño, y su respiración fue gradualmente más pesada.
Aunque se habían conocido hace diez años, siempre habían estado en contacto por el internet y nunca se habían encontrado en persona. Cuando ella enfrentaba dificultades, él no podía estar a su lado.
Esos hermanos, por otro lado, siempre la habían acompañado, y todos eran muy amables con ella.
Caleb no sabía a quién le gustaba más, pero estaría celoso de cualquiera, de todas formas.
El hombre cerró los ojos, su voz indiferente:
—A quién de los hermanos te gusta más no tiene nada que ver conmigo.
Xaviera parecía inocente.