Tras un momento de silencio, sonó la suave voz del hombre.
—No importa lo que pase, seré bueno contigo —fue porque el hombre lo dijo que Xaviera Evans estaba tan segura de que Caleb Mamet definitivamente no la culparía, y además, lo sucedido en la Asociación Médica no podía ser responsabilidad de Xaviera.
En ese momento, los recuerdos se entrelazaron en la mente de Caleb. Sus emociones eran muy inestables, sus ojos oscilaban entre marrón claro y verde. Apretó los puños, cerró los ojos y cuando los abrió de nuevo, habían vuelto a su color normal marrón claro.
Xaviera levantó la vista y de repente encontró que él había vuelto a la normalidad, por lo que preguntó sorprendida:
—¿Cuándo te recuperaste?
Caleb la abrazó en sus brazos, su voz baja: