Caleb nunca destruiría sus sentimientos tan preciados.
Más importante, a Xaviera le gustan los hombres gentiles, y por ella, él siempre mantendría un comportamiento suave.
En el otro lado.
—Hermano, ¿por qué no me dijiste que venías? —preguntó Xaviera.
—Regalo de cumpleaños —sonrió Quino.
—Antes no sabía cuándo era tu cumpleaños, pero ahora que lo sé, aquí tienes un arma oculta como regalo —le entregó la caja negra a Xaviera.
—Este es el cumpleaños que la familia Campbell estableció para mí, pero mi mamá en realidad fijó otro día para mí, así que no hay necesidad de tener tanta prisa por dar regalos de cumpleaños. ¡Si no, tendrás que enviar otro la próxima vez! —Xaviera la tomó, sonriéndole.
—No te preocupes, quédate con este y para la próxima te prepararé algo aún mejor —aseguró Quino.