—Señorita Woods, apuesto a que realmente quieres saber qué es el regalo en mi mano —dijo Xenia Jaak mirando a Zara Woods con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.
La cara de Zara Woods se puso pálida, su corazón latía rápidamente.
—Bueno, tendrás que ver si tienes la capacidad de averiguarlo —se burló Xenia.
...
El banquete estaba a punto de comenzar, y la Sra. Jaak llevó a Xaviera Evans a una habitación de invitados.
Xaviera no sabía qué tramaban la madre y la hija de la familia Jaak, una la llamaba y la otra guardaba secretos, pero ambas parecían no tener malas intenciones.
Justo cuando lo pensaba, la Sra. Jaak le entregó directamente una caja de regalo:
—Señorita Evans, por favor acepte esto.
—Sra. Jaak, no tengo tratos con la familia Jaak, y la familia Jaak tiene pocos negocios con la familia Mamet. No puedo simplemente aceptar algo de su familia —respondió Xaviera mirándola desconcertada y preguntó sin prisa.