"Los ojos de Caleb Mamet eran feroces —Xaviera, eres demasiado amable.
Xaviera de repente levantó la vista, su cara llena de confusión.
Su voz era fría, revelando los pensamientos que había escuchado.
—Destruir todo lo que tienen, hacerles desear estar muertos, hacerles arrepentirse, arruinar su reputación y alejar a su familia y amigos.
—Además, hacerles sufrir torturas interminables, sentir un dolor interminable, obligarles a arrodillarse y suplicarte, y por último morir en desesperación.
—Sólo haciendo esto se puede considerar venganza —dijo Caleb indiferente.
Xaviera se quedó atónita durante mucho tiempo.
¿Coincidieron Caleb... con sus pensamientos?
La cara de Xaviera estaba llena de sorpresa, pero aún tenía que fingir ser débil.
—Ah, Caleb, soy tan débil, ¿cómo podría ser tan cruel e insensible...
—Hmm —sabiendo que exponerla sólo la avergonzaría, Caleb estuvo de acuerdo—. No tienes que hacerlo, yo te ayudaré.
No necesitaba mancharse las manos de sangre.