Xaviera Evans no prestó atención al teatral dúo padre e hija, en su lugar, fijó su fría mirada en Jakeson Walker.
Con una fría risa, dijo:
—Señor Walker, me acusa de hacer trampa. ¿Dónde está su evidencia?
Jakeson Walker bajó la mirada culpablemente, sin atreverse a encontrarse con los ojos de Xaviera.
Sabía muy bien en su corazón que Xaviera no había engañado, pero nunca lo admitiría.
No podía soportar la idea de que alguien lo superara, especialmente una mujer en sus veintes. Si los demás supieran que a pesar de sus años de esfuerzo, todavía era superado por una mujer mucho más joven, seguramente sería objeto de ridiculización.
Derek Evans fulminó con la mirada furioso:
—¡Pillo! ¿Cómo acabó nuestra familia con una molestia como tú, no solo arruinaste la reputación de nuestra familia haciendo trampa, sino que también regresaste a casa para causar semejante alboroto!
Los ojos de Xaviera estaban llenos de desprecio.