—¿Esta es la talla de porcelana del patriarca? —de repente, el tono del Señor Heninger se volvió agudo, y su cara normalmente gentil y elegante ahora estaba llena de frialdad. Su mirada helada cayó sobre Zora Hughes mientras repetía su pregunta—. ¿Estás segura de que esta es la talla de porcelana del patriarca?
—Estoy segura, me la dio uno de sus discípulos —respondió Zora, que había estado agachando la cabeza para contener su emoción, sin notar nada extraño y con una sonrisa.
Justo cuando terminó de hablar, un escalofrío llenó el aire. El Señor Heninger parecía furioso, y Cory Hughes, al darse cuenta de que algo iba mal, se apresuró a avanzar—. Señor Heninger...
Pero justo cuando las palabras llegaron a sus labios, Cory vio la expresión sombría en la cara del Señor Heninger y no se atrevió a hablar. La sala se sumió en el silencio mientras todos contuvieron la respiración, temiendo enfadar a esta importante figura.
