—Caleb no pudo evitar girar un poco la cabeza, queriendo ver cómo esta mujer lograba alabarla sin cambiar su rostro.
La cara de Mag Evans estaba muy avergonzada, ¡sentía que cada palabra que decía la Sra. Mamet era como un cuchillo que le clavaba! Retrocedió tristemente, su delgado cuerpo oscilaba:
—Yo... Yo no soy Xaviera... Soy Mag.
¡Cómo podría ser tan guapa como esa perra de Xaviera! ¿Estaba ciega esta Sra. Mamet, alabando a Xaviera por su aspecto!
—Cuando las palabras de Mag terminaron, la sala de estar volvió a quedar en silencio.
—Moore tuvo que intervenir para desactivar la situación —dijo—. Jefe de familia, Sra. Mamet, mi prometida siempre ha sido Mag. No tiene nada que ver con Xaviera.
—¿Ah? —Xaviera giró su camino descontenta, golpeando a Caleb levemente—. Mira, incluso puedes confundir el nombre de la prometida de otro, avergonzándome así. Eres muy molesto.