Xaviera Evans no podía evitar sentirse nerviosa. ¿Cómo podría explicar esto? Quería decirle a Caleb Mamet que se había realizado pruebas, pero los resultados del examen eran desconcertantes. Albert Sullivan no pudo encontrar ningún problema y, en cambio, sospechaba que había sido hipnotizada por un maestro del hipnotismo, o esto era todo mera especulación entre ellos.
Cuando salió del Pabellón del Sueño Azul antes, se preguntaba quién la había hipnotizado; no lo sintió en absoluto y no tenía espacio para resistirse.
Ahora una hipnotista ella misma, Xaviera sabía que era difícil usar el hipnotismo para modificar la memoria de alguien. Incluso con su talento, no podría lograr este nivel de habilidad.
Además, tanto ella como Caleb tenían una fuerte voluntad; para hipnotizarlos, tendría que hacerse cuando estuvieran completamente desprevenidos. De lo contrario, se darían cuenta rápidamente y resistirían fuertemente, haciendo que el hipnotismo fracasara.
