Letitia Russell levantó lentamente su mirada, sus fríos ojos cayeron sobre él. Aunque Letitia ya era mayor, su piel seguía tensa, su figura sin muchos cambios.
En cambio, Sebastian Legend, aunque tenía cierto parecido con Letitia, había envejecido considerablemente. Las patas de gallo se le habían pronunciado, la piel de su rostro estaba más flácida y su figura se había vuelto más regordeta. Nunca fue tan hermosa como Letitia para empezar, y ahora la disparidad era aún más dramática. Además, sus ojos estaban llenos de agresión y astucia.
Vestida con un vestido rojo vino, Letitia exudaba una atmósfera de confianza y autoridad. Si uno no supiera mejor, podría pensar que sólo tenía cuarenta años. Se quedó allí parada, sin decir una palabra, pero cautivando a todos los que la rodeaban.