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Cuando ella le llama esposo, su cara se calienta y se pone roja.
Aunque este hombre es realmente su esposo.
—¿Así que ya no estás enfadado? —Joanna Lawrence inclinó su cabeza para mirarlo, la negrura de sus pupilas parecía estar cubierta con una neblina, sus cejas y expresión eran encantadoras y adorables.
Ashton Heath no pudo evitar sonreír levemente.
¿Dónde estaba ahora su enfado?
Ella lo tenía en la palma de su mano.
Ella era una pequeña diabla inteligente, sabiendo la mejor manera de llegar a él.
Incluso si sabía que lo estaba haciendo a propósito, todavía aceptaba voluntariamente el cebo.
¿Quién podría culparlo si el cebo que ella ponía era algo que a él le gustaba?
El cielo sabía que cuando ella le llamaba esposo, no importaba lo que pidiera, él no podía resistirse.
—Hmm, cariño, llámame así un par de veces más y no estaré más enfadado —El hombre se estaba volviendo un poco codicioso.
