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En cuanto a esos obstáculos externos, los vería como baches en el camino de su amor, y trataría de superarlos.
Él le había dado tanto.
No podía simplemente disfrutar y aceptar su bondad ciegamente sin darle nada a cambio.
Eso sería demasiado injusto para él.
Con estos pensamientos, Joanna Lawrence de repente dejó su tenedor y suavemente agarró la mano de Ashton Heath en su expresión sorprendida:
—Ashton Heath, te seguiré bien de ahora en adelante. ¿Dijiste que siempre estaremos juntos, verdad?
Ashton Heath se sorprendió, pero rápidamente tomó su mano de vuelta:
—Sí, lo dije. Cariño, ¿qué está pasando?
Sintió que Joanna estaba actuando un poco inusual en ese momento.
Joanna le sonrió:
—Nada, solo siento que eres tan bueno conmigo, y no debo decepcionarte.
Los ojos negros profundos de Ashton Heath la contemplaron pensativos por un momento, y su otra mano suavemente tocó su cabeza, acariciando su cabello: