—Señor, hola, soy la hermana de Joanna Lawrence. ¿Podría preguntarle, conoce a mi hermana Joanna? —Golpeó con insistencia la ventana del coche Annie Lawrence.
Unos segundos después, la ventana descendió lentamente.
Al ver al hombre dentro del coche, Annie sintió que se le detenía la respiración.
Su latido del corazón también saltó un compás.
El coche estaba estacionado bajo la sombra de un árbol, la ventana sólo medio abierta, pero no le impedía ver al hombre dentro del coche.
El hombre la estaba mirando de perfil, y aún desde una vista lateral, sus prominentes rasgos faciales eran cristalinamente claros. Cada línea en su cara parecía haber sido cuidadosamente tallada.
Tenía un puente de la nariz alto y firme, labios finos y seductores, su apariencia era impresionantemente guapa, mucho más allá de su imaginación.
No sólo era no viejo, sino que también parecía muy joven, aparentemente alrededor de 25 años.