—Bueno.
Joanna Lawrence era muy sensata. Como era algo de lo que no se podía hablar, no preguntó más.
—¿Ha terminado de preguntar, señor Parker? —Joanna volvió a coger su máscara de dormir—. Si no hay nada más, me gustaría dormir un poco.
Estaba sosteniendo una máscara de dormir de dibujos animados con temática de gato rosa.
Se veía bastante linda.
Frank Parker sintió que debía estar loco, porque realmente preguntó:
—¿Dónde compró esa máscara para dormir? Es bastante linda, también me gustaría conseguir una.
En cuanto terminó de preguntar, quiso darse una bofetada en la cara.
¡Maldita sea, estúpido!
¿Cómo pudo hacer una pregunta tan ridícula?
¿En qué estaba pensando?
La mano de Joanna, sosteniendo la máscara de dormir, tembló ligeramente, y no pudo evitar torcer las comisuras de su boca.
Sintió que el Frank Parker de hoy era extraño.
Era completamente diferente del que ella había conocido antes.
Ella se encontraba más acostumbrada al lado frío y distante de él.
