—Mmm, muy bueno, extremadamente bueno. En el asiento trasero.
Joanna Lawrence casi se desmayó por el beso profundo inusualmente feroz y dominante del hombre.
Su delicado y hermoso rostro estaba enrojecido, con sus manos blancas golpeando débilmente su pecho —Uh, Heath... Ashton Heath, suéltame.
El beso del hombre fue demasiado dominante, demasiado agresivo, y ella se sintió mareada.
Ashton Heath abrió sus ojos. Su mirada oscura y ardiente miraba a la chica en sus brazos, cuyo rostro estaba rojo por su beso, jadeando pesadamente, obligándolo a terminar el beso que aún no le había satisfecho. Su aliento era caótico, sosteniendo sus mejillas ardientes, descansó su frente en la de ella y jadeó durante un momento antes de calmarse lentamente.