—Ah, Rebecca —Lady Octavia suspiró, su tono lleno de arrepentimiento—. Si fueras mi nuera, todo sería mucho mejor. No tendría que preocuparme por todas estas cosas. Eres tan maravillosa, tan excepcional, ¿por qué Ashton simplemente no...?
—Lady Octavia, los sentimientos no se pueden forzar. Estoy muy feliz de que te guste tanto, pero... —La voz de Rebecca bajó gradualmente, y su tono se volvió desolado.
—Rebecca, tú, tú ya no quieres a Ashton ¿Estás planeando renunciar? —Al oír las palabras de Rebecca, Lady Octavia se asustó, pensando que estaba renunciando.
—Lady Octavia, no es que quiera renunciar, sino que no tengo elección. Últimamente he estado pensando mucho. Ashton ya está casado, y es feliz. Ya no debería albergar ninguna esperanza por él. Es lo mejor para todos si lo dejo ir —Rebecca guardó silencio durante un rato antes de hablar con un tono decaído.
