—Esta vez, la mordida no fue tan fuerte.
—Solo fue una mordida suave.
—Pero las dos mordidas fueron en el mismo lugar, así que Joanna Lawrence aun así frunció el ceño de dolor y colocó su pequeña mano en su pecho, empujándolo molesta —Ashton Heath, duele...
—¿No estás dispuesta a cambiar tu tono? —Se formó una peligrosa curva en la esquina de los labios de Ashton Heath—, y esta vez, su gran mano sujetó directamente la parte posterior de su cabeza, profundizando el beso punitivo anterior.
—Esta vez, fue un beso genuino.
—El hombre la besó profundamente y con fuerza.
—En un momento, Joanna parecía un pez privado de oxígeno, su rostro mostraba un rubor anormal, sus ojos estaban bien abiertos y su respiración se aceleraba.
—Justo cuando sintió que estaba a punto de desmayarse por la falta de aire, el hombre finalmente la soltó a regañadientes.
—Aire fresco inundó su nariz y boca.