Pero él atrapó su pequeña mano.
Le pellizcó delicadamente la palma, se rió suavemente y dijo:
—Te lo he dicho, debes acostumbrarte rápidamente a mí. Joanna, soy tu esposo. Cualquier acto íntimo que yo haga contigo es completamente normal. Me gustas, por eso me comporto de esta manera.
La chica desprendía un agradable olor a juventud. Los ojos de Ashton Heath centelleaban mientras sujetaba su barbilla, se inclinaba ligeramente hacia abajo y, en medio de su sorprendida y asustada mirada, la volvió a besar.
—Hmm…
La voz sorprendida de Joanna Lawrence fue completamente silenciada por el hombre.
En el enredo,
Sus alientos se mezclaban.
Entre alientos, entre labios y dientes, estaba todo el cautivador y dominante aroma del hombre.
En el asiento del conductor de adelante,
Zack, echando un vistazo a la escena en el espejo retrovisor, no pudo evitar sonrojarse.
Nunca pensó que el joven maestro Ashton también pudiera ser tan apasionado.