—Los labios de Joanna se curvaron nuevamente. ¿Qué es?
—Los ojos de Yannick vagaron antes de detenerse en Aria, que estaba sentada en el sofá. Dudó por un momento, luego sus ojos se iluminaron y habló con una sonrisa radiante—. Para esta hermosa señorita que está contigo.
—Se acercó, tomó el ramo de rosas de las manos de Joanna y se acercó lentamente a Aria. Con una sonrisa seductora y encantadora en sus labios, habló con una voz ronca y tentadora—. Señorita, desde el momento en que la vi, supe que me había enamorado. Tu belleza y gracia me han cautivado, volviéndome loco. Estas rosas representan mis sentimientos por ti. ¿Las aceptarás?
—Después de decir esto, le entregó las rosas a Aria y la miró con profundo afecto.
—Yannick nació con una cuchara de plata, buen aspecto y habilidades para hablar dulcemente. Cuando intentó complacer a una mujer, no había nadie que pudiera resistirse a él.
