Su cara era lo más fea que podía ser.
Que el hombre que amaba en secreto le dijera que era fea, sin duda, fue un gran golpe para ella.
El color desapareció de su cara al instante.
—Además, ya que eres compañera de cuarto y has vivido con ella durante años, incluso si no la crees cuando enfrentas rumores, no deberías propagarlos más. Eres una mujer asquerosa —dijo Ashton.
—Señor Brandon —dijo Lillian White, luciendo pálida y ansiosa.
—Te libré una vez antes porque no quería lastimar sus sentimientos, dado que has sido compañera de clase. Pero parece que ser demasiado indulgente contigo no era necesario —continuó él.
Lillian percibió algo en sus palabras.
Su cara se puso aún más pálida y sus labios temblorosos balbucearon —No fui yo quien dijo esas cosas, fue la persona que las reveló. ¡No tiene nada que ver conmigo! Sólo estaba, sólo estaba intentando advertirte.