—Ni siquiera pienses en el divorcio. Mientras seas mi esposa, serás mi esposa el resto de tu vida.
—Joanna, crees que te he maltratado, por eso estás enfadada conmigo y deliberadamente dices cosas que me harán enfadar. Pero, ¿alguna vez has pensado en cómo esas palabras que dijiste hace un momento me hacen sentir? —mientras decía esto, hizo una breve pausa, y finalmente, apareció un atisbo de sonrisa autodespectiva en la esquina de sus labios—. No te importan mis sentimientos, ¿verdad? De lo contrario, ¿cómo podrías deliberadamente clavarme un cuchillo en el corazón?
Joanna se sobresaltó, sus ojos se abrieron un poco.
Ashton Heath la miró directamente a sus ojos hinchados por las lágrimas, curvó sus labios, pero no había rastro de risa en sus ojos:
—No te importa si a otras mujeres les gusto, y no te importa si me gustan otras mujeres. Al final, es porque no soy importante para ti en absoluto.
—Solo una persona opcional.
Una expresión de asombro apareció en el rostro de Joanna.