—No sabía lo que a la Señora Joanna le gusta, así que compré un poco de todo. Si no es de su agrado, puede decirme lo que le gusta y yo iré a comprarlo —dijo Cody Aberton a Joanna Lawrence.
Joanna tomó la comida con una sonrisa y respondió —Gracias, Cody. No soy exigente, puedo comer cualquier cosa.
Cody también sonrió —El Señor Ashton me pidió que le transmitiera un mensaje.
—¿Cuál es? —preguntó Joanna.
—Dijo que no olvide el desayuno. Es importante tenerlo —respondió Cody.
Joanna estaba atónita, y su corazón sentía dulzura.
Apretó los labios y asintió con una dulce sonrisa —Sí, lo comeré.
—Bueno, si la Señora Joanna no tiene otras solicitudes, me retiraré primero —dijo Cody.
—Bueno, puedes irte —respondió Joanna.
Cody hizo una leve reverencia antes de marcharse.
Tan pronto como él se fue, la puerta de otra habitación se abrió.