—Ashton Heath tomó una respiración profunda, su brazo alrededor de su cintura se apretó, su voz ronca y profunda llena de moderación y paciencia. —Solo quiero sostenerte mientras dormimos y no hacer nada más. Pero si sigues retorciéndote en mis brazos, no podré contenerme.
En un instante, Joanna Lawrence tuvo tanto miedo que se quedó quieta en sus brazos, sin atreverse a moverse de nuevo. —Sobre su cabeza, la respiración del hombre al principio era acelerada, pero después de un minuto, se fue estabilizando gradualmente. —Un beso suave cayó ligeramente en su frente.
—Ashton Heath apretó su brazo, aspirando la delicada y tranquila fragancia del cabello de la joven chica y cerró los ojos contento. —Bebé, duerme.
