Cecilia era naturalmente hermosa desde su nacimiento, con una piel blanca, regordeta y tierna.
Sus rasgos son atrevidos y bien definidos.
A diferencia de otros niños que parecen arrugados cuando nacen, con cejas y ojos que aún no se han formado completamente, pareciendo pequeños ancianos.
En ese momento, sabía que su Cecilia sería definitivamente muy hermosa cuando creciera, y que incontables chicos la perseguirían.
La Señora White pensaba que su hija crecería pareciéndose a Joanna Lawrence.
Sería increíblemente hermosa, adorable y una niña pequeña encantadora.
Aunque aún no estaba confirmado si Joanna era su hija o no, la Señora White secretamente la trataba como si fuera medio hija suya.
Ella tomó su mano y mostró reticencia a soltarla.