Como mujer que era, no pudo evitar que su corazón se acelerara ante la vista.
Joanna Lawrence se sintió un poco avergonzada por los elogios y sonrojada —dijo a la vendedora—. Gracias.
El vestido de noche dejaba al descubierto parte de sus hombros, mostrando su cuello delgado y la clavícula. El estilo sirena alargaba aún más su ya de por sí buena figura hasta proporciones aún más perfectas.
Joanna medía 165 cm de altura.
Pero con este vestido de noche, parecía como si midiera 170 cm de altura.
Al verse en el espejo, se dio cuenta de que el gusto de los hombres podía ser bastante fiable por primera vez.
El gusto de Ashton Heath por la ropa era indiscutible.
Realmente amaba el vestido que él había mandado hacer a medida para ella.
Joanna se admiró a sí misma en el espejo por un rato antes de recordar, gracias a la sugerencia de la vendedora, que Ashton todavía la estaba esperando.
En el área de descanso.
