—Bueno. Ashton Heath recogió el reloj de pulsera en su escritorio, se levantó y dijo —Bajaré y te esperaré ahora.
—No es necesario, puedo subir más tarde a buscarte. Tienes trabajo que hacer, no hace falta que...
—Estoy libre ahora —Ashton Heath caminó hacia la puerta de la oficina, hablando en un tono que no admitía rechazo—. Así que, te esperaré abajo. Nos vemos luego.
Después de colgar la llamada, Ashton Heath abrió la puerta y salió de su oficina.
A medida que pasaba por el área de trabajo de varias secretarias, su rostro frío y la atmósfera de baja presión a su alrededor asustaron a las secretarias hasta el punto de contener la respiración.
Solo después de que Ashton entró en el ascensor y las puertas del ascensor se cerraron, las secretarias se agruparon y comenzaron una discusión curiosa en voz baja.
—El Presidente Ashton parece estar de mal humor hoy, ¿será por los escándalos sobre su novia?
