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Su corazón se hinchó de alegría.
Una vez que la señora Rebecca tomase medidas, esa pequeña zorra Joanna definitivamente sufriría.
No importaba cómo Rebecca la tratase, mientras esa pequeña zorra pasase un mal rato, su corazón quedaría satisfecho.
¿Cómo podría sentirse compensada si ella estaba teniendo mala suerte ahora, mientras esa pequeña zorra prosperaba?
—Señora Kelloway, he oído que usted y el señor Parker han sido buenos amigos desde la infancia. Debe recordarle al señor Parker que no caiga en los trucos de mi hermana. Mi hermana es realmente manipuladora. Muchos hombres han sido engañados por sus artimañas —dijo Annie con veneno en su lengua.
Rebecca escuchó sus palabras, su cara se hundió en una sonrisa fría:
—Tu hermana es ciertamente muy manipuladora y astuta —asintió con la cabeza.
El hombre que más amaba, el hombre que la amaba profundamente, todos fueron arrebatados por Joanna.
¡Todo por culpa de esa zorra calculadora y poderosa, Joanna!