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Aria Rowlett pensó por un momento y asintió —Mhm.
Si él no le hubiera agradado, su corazón no habría latido tan irregularmente todas esas veces.
Una sonrisa ligera llenó los ojos de Brandon Heath, y las comisuras de sus labios se curvaron hacia arriba con deleite —Mientras pueda agradar a la Señora Aria, eso es lo único que importa. Si a la Señora Aria le gusta escucharme decir estas cosas, entonces se las diré más a menudo.
La mano de Aria que sostenía el cuchillo y el tenedor tembló de nuevo.
Maldita sea.
Aquí viene otra vez, aquí viene otra vez... Este hombre está flirteando con ella otra vez.
Probablemente ni siquiera sabe lo coquetas que son sus palabras.
Ella realmente cree que él está flirteando sin intención ahora.
—Señora Aria, ¿qué ocurre? —Al verla mirándolo atontadamente sin decir una palabra, Brandon Heath arqueó ligeramente las cejas—. ¿He dicho algo incorrecto?
—Aria Rowlett: "... No."
Uno por uno, el mesero trajo los otros platos a la mesa.
