—Eso tampoco es —dijo Ashton Heath, viendo que ella evitaba intencionadamente la verdadera respuesta. Soltó una risa ligera y le pellizcó cariñosamente la nariz—. Bebé, sabes que quiero escuchar lo que tienes que decir.
Joanna Lawrence soltó una risa suave, con un brillo en su ojo—. Ya lo has escuchado. ¿Por qué querrías oírlo de nuevo?
—Quiero oírlo —insistió Ashton. Tomó su mano y suavemente apretó su palma—. Si lo dices otra vez, analizaré la situación con Aria —ofreció dulcemente.
Joanna no dijo nada.
—Nadie entiende a mi hermano mejor que yo. Mi análisis será muy útil para ti y tu mejor amiga. Bebé, ¿quieres decirlo otra vez, hmm? —Ashton preguntó, con una sonrisa en sus ojos.
Sus ojos se suavizaron con profundo afecto.
Cuando Joanna lo miró, sus ojos estaban llenos de calidez y ternura.
Para él, ella era su mundo entero, lo más precioso que tenía.
En ese instante, el corazón de Joanna se aceleró.