Laura se encuentra en un estado de desconcierto después de las sombras de la elección. La mansión, envuelta en un aura de misterio, parece responder a cada decisión con susurros ininteligibles. La llave perdida, ahora vibrando con mayor intensidad, señala la necesidad de explorar más allá de las dimensiones conocidas.
Las consecuencias de la elección se manifiestan en la mansión. Habitaciones cambian, pasillos se desplazan y la arquitectura misma parece retorcerse en respuesta a la intervención temporal. La llave perdida, actuando como brújula en un mar turbulento, indica que la mansión misma está tejiendo una nueva narrativa. En su búsqueda a través de las dimensiones alteradas, Laura se encuentra con espíritus que han sido desplazados en el tiempo. Sus historias entrelazadas revelan las ramificaciones más amplias de sus elecciones y las conexiones perdidas en el tejido temporal. La llave perdida, resonando con las voces de los espíritus, indica que cada historia es un hilo enredado que necesita ser desentrañado. Laura descubre una biblioteca secreta que alberga libros que narran eventos pasados, presentes y futuros de Ravenhurst. Cada página cuenta una historia alternativa basada en las elecciones hechas. La llave perdida, transformándose en un marcador de libros, sugiere que la biblioteca es una herramienta esencial para comprender las múltiples realidades creadas por las elecciones. Los ecos de decisiones pasadas resuenan en la mansión, creando sombras que acechan cada paso de Laura. La llave perdida, resonando en sintonía con los ecos, indica que estas sombras son reflejos de decisiones que persisten en el tiempo, recordatorios de las ramificaciones inevitables de las elecciones. Laura descubre un lugar místico en la mansión que sirve como nexo entre las diversas líneas temporales. Aquí, las elecciones cobran forma tangible, presentándose como puertas dimensionales que llevan a realidades alternativas. La llave perdida, manifestándose como una llave maestra, sugiere que este nexo es clave para desentrañar la complejidad temporal de Ravenhurst. Laura se encuentra con una jaula que encierra un reloj antiguo, símbolo de la gestión del tiempo en la mansión. La llave perdida, brillando con un resplandor peculiar, indica que liberar el tiempo atrapado en la jaula podría revelar secretos ocultos y restaurar el equilibrio temporal. Frente a la jaula del tiempo roto, Laura se enfrenta a otra elección crucial. Restaurar el tiempo podría traer orden a la mansión, mientras que desentrañarlo podría revelar verdades más profundas pero caóticas. La llave perdida, flotando en el aire, espera la decisión de Laura, señalando que esta elección determinará el curso futuro de Ravenhurst. La elección de Laura tiene un impacto inmediato en la mansión. La llave perdida, ahora fusionada con las marcas del tiempo, emite una luz que se propaga por los rincones más oscuros de Ravenhurst. Los susurros cesan, y la mansión parece encontrar una nueva estabilidad temporal. Con la elección hecha, Laura contempla el efecto de su intervención temporal. La llave perdida, ahora en reposo, sugiere que aunque el hilo del tiempo ha sido alterado, la historia de Ravenhurst continúa. Un nuevo capítulo se abre, tejiendo las sombras del pasado con las luces del presente y del futuro en una trama única y enigmática.