Nota: Todos los derechos de la serie Neón Génesis Evangelion pertenecen a Gainax/Khara, o a aquellos quienes les sucedan legalmente en el futuro. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.
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"TARDE DEL DIA 1"
Shinji había llegando finalmente al departamento de Misato, después de un largo día de clases, estaba completamente agotado y vestido con una tenida militar de combate. Esto porque después de perseguir a Touji y Kensuke por casi media ciudad, para hacerles pagar por el fabuloso castigo que había tenido que aguantar por su culpa, finalmente los había atrapado al llegar a un pequeño parque, saltó sobre ellos, rodaron por el suelo y fueron a dar directo a un estanque de agua.
Los tres quedaron sentados en medio del agua, se miraron y se largaron a reír de buena gana. Finalmente terminaron en casa de Kensuke, como los buenos amigos que eran, y este les facilitó algo de ropa seca. Ese era el motivo porque vestía esa tenida militar.
Al final el enojo de Shinji se había desinflado por completo, de hecho, en algún momento la persecución de sus amigos, dejó ser un acto de venganza para pasar a ser un juego, ya que los tres iban riendo divertidos, mientras corrían por medio Tokyo-3. Por supuesto, eso no quería decir que sus amigos no le debieran una. Ya se las cobraría en su momento.
Shinji estaba a punto de abrir la puerta del departamento, cuando se detuvo a reflexionar sobre el asunto y se dio cuenta que hace un año, ni en sueños habría hecho algo como lo de hoy.
— Rayos… sí que he cambiado — dijo para sí, meneó la cabeza con una sonrisa y abrió la puerta.
Al entrar al departamento se encontró con Asuka tendida en la alfombra sobre unos cojines viendo televisión. La chica llevaba puesta una polera holgada y unos pantalones cortos. Esta era una escena que él podía ver a diario, pero esta era la primera vez que se detenía a observar con calma a la pelirroja, desde hacía largo tiempo. Específicamente, desde que el aún la... negó con la cabeza. No debía pensar en eso, era un tema superado. Aún así, no pudo evitar echarle una buena mirada a la chica.
Su larga y sedosa cabellera caía libremente por su espalda, su trasero se veía firme y redondeado, sus piernas eran largas y torneadas, a primera vista suaves como la seda. En realidad la Segunda Elegida era una chica hermosa... no, era devastadoramente hermosa.
— ¿Te gusta lo que ves, Kinder?
Shinji quedó de una pieza ante el comentario de la pelirroja. ¿Cómo se había dado cuenta de que él la observaba de "ESA" manera, si estaba dándole la espalda?
Asuka se levantó lentamente y se volteó hacia Shinji, para mirarlo enojada, pero se detuvo en seco.
— ¿Por qué vistes así? — preguntó extrañada, al ver a Shinji en tenida de combate.
— Me caí a un estanque de agua — dijo Shinji un tanto avergonzado con una sonrisa nerviosa, rascándose la nuca con una mano — Esta ropa me la dejó Kensuke.
Asuka no pudo evitar que una gota de sudor se formara en su nuca. Entonces, al ver a Shinji en ese estado, la pelirroja tuvo una idea, una idea que le serviría para sacarse una espina que tenía clavaba gracias a cierta chica de ojos rojos.
— Pero aun no respondiste a mi pregunta Kinder. ¿Te gusta lo que ves? — preguntó a Shinji con una pose insinuante.
Shinji dio un par de pestañadas, tomado totalmente fuera de guardia por el repentino cambio que había tenido la conversación. En eso, se percató que la pelirroja se acercaba peligrosamente a él, por lo que optó por comenzar a retroceder, al menos hasta que la pared tras él se lo impidió.
— ¿Qué pasa Shinji… tienes miedo? — preguntó Asuka con voz seductora, mientras se apegaba a él, apoyando las manos en su pecho.
Shinji no sabía qué responder, ni cómo reaccionar, parecía que su cerebro se había desconectado y no tenía la menor intención de volver a funcionar, al menos por el momento. Mientras, sentía como el cuerpo de la pelirroja se apegaba más al suyo, al tiempo que le rodeaba el cuello con los brazos y lo apretaba aún más, apegando sus cuerpos por completo. Podía sentir perfectamente los pechos de Asuka apretujados contra él, como ella entrecruzaba sus piernas con las de él, como ella apoyaba su cabeza en su hombro, haciéndole cosquillas en la mejilla con su cabello, todo eso, mientras sentía la respiración de la chica en el cuello, cosa que le causaba un efecto similar a que si una corriente eléctrica le hubiera recorrido la espalda.
— ¿Quieres que nos divirtamos un poco, Shinji?. Aún falta que llegué Misato. Podemos pasar un buen rato juntos si tú quieres — susurró la chica al oído de Shinji, con voz seductora.
— Yo… Asuka… yo… — intentó decir Shinji, pero sus palabras no salieron. Estaba como intoxicado por el olor del champú de Asuka y la respiración de la chica en su cuello.
Shinji estaba shockeado. El sentir a Asuka así, tan cerca, tan seductora, tan mujer, lo hizo olvidarse de todo y comenzar revivir cosas que ya creía superadas. Había soñado tantas veces con un momento así. Poder sentir a Asuka así de cerca, poder estrecharla en sus brazos, acariciarla y decirle cuanto la amaba; pero eso nunca ocurrió, porque lo único que recibió de ella siempre fueron burlas, desprecio y odio. Ese odio que fue apuñalando ese amor y lo fue desangrando lenta y dolorosamente hasta matarlo.
"¿Por qué ahora?, ¿Por qué ahora que ese fuego se extinguió? ¿Por qué ahora?" se preguntó Shinji, estrechando a la chica entre sus brazos de forma inconsciente, casi al borde las lágrimas.
Asuka dio un salto al sentir como Shinji la estrechaba en sus brazos, no se imaginaba que él sería tan atrevido como para hacerle caso. Iba a soltarse, pero algo dentro de ella se lo impidió. Ella necesitaba esto, necesitaba este abrazo, una simple mirada no hubiera bastado, necesitaba más para sentirse bien, para sentirse victoriosa.
Ella estaba haciendo esto para sacarse esa espina que se le había clavado cuando vio a Shinji babear por la muñeca. Necesitaba sentir esa misma mirada en ella, necesitaba que Shinji la mirase de esa misma manera, que babeara por ella como lo hizo por esa estúpida; más aún, no podía ser menos que ella, tenía que obtener más, no podía perder ante esa estúpida muñeca. Pero, ¿en verdad lo hacia solo por eso?
Asuka se separó un poco del chico, aturdida por esta última pregunta, y lo observó. Para su sorpresa, Shinji no la miraba con la cara de baboso que esperaba y sus ojos no reflejaban deseo ni admiración por ella, más bien... ¿contrariedad, sorpresa, dolor?
Por su parte, Shinji sintió como Asuka se separaba de él y observó los ojos de la chica, los observó con intensidad. Esos hermosos y profundos ojos azules, los ojos de una chica que alguna vez amó con locura, porque ya no la amaba, lo había superado, ¿verdad?. Shinji sintió que algo muy dentro de él se removía al ver esos ojos azules, como si una pequeña llama comenzara a arder en un fuego que creyó muerto hace mucho tiempo, solo que los ojos de la chica ya no eran azules, eran rojos, y de pronto, no era Asuka la que tenía al frente, era Rei.
El joven Ikari se congeló en el acto, y sintió un remezón por todo el cuerpo ante esa visión, como si una descarga de corriente eléctrica le hubiera recorrido de arriba abajo sin compasión. De pronto, se encontró recordando la hermosa sonrisa de Rei en el automóvil de Kaji, los ojos interrogantes de la chica en el hospital al conversar sobre la batalla con el último Ángel, lo hermosa que se veía con esa tenida cuando apareció en la cafetería de NERV. Recordó además, todo lo vivido con Rei ese día, como fueron castigados en el pasillo y como luego fueron al roble del patio para conversar mientras se servían algo, lo cerca que habían estado, lo distinta que estaba Rei, la forma en que ella se había abierto y mostrado como era en realidad, el deseo de dejarse perder en esos misteriosos y hermosos ojos escarlata, la sensación de algo que le había llegado hasta lo más profundo de su ser, algo así como lo que sentía ahora por…
Cuando Shinji pestañeó, la imagen de Rei fue reemplazada por la de Asuka. Se sintió desconcertado, sumando a todo lo que estaba sintiendo en ese momento, fue como un puñetazo directo en la cara. o en el corazón. Al darse cuenta de cómo tenía tomada a Asuka, y lo cerca que estaban uno del otro, la apartó inmediatamente de él.
— Asuka… yo… yo… — nuevamente las palabras no querían salir, pero si lo hicieran, ¿qué le diría?
Asuka quedó de una pieza ante la reacción de Shinji. Nunca se hubiera imaginado que Shinji reaccionaría de manera tan atrevida. La verdad, y aunque no quisiera admitirlo, se sentía un poco decepcionada. Si él hubiera sido un poco más atrevido, incluso se hubiera dejado besar, pero ahora observando a Shinji, se percató de que en algún momento las cosas se habían ido para otro lado, podía sentirlo. Shinji ahora se veía desconcertado, pero ella también lo estaba. En el fondo de su ser sintió que algo había pasado, algo muy importante, pero no sabía qué. Finalmente se calmó y decidió dejar eso para otro momento, y avocarse a terminar con este juego de la forma habitual, que en realidad era la única forma en que pudo concluirlo. Estalló en una estruendosa carcajada.
— Sí que eres baka. Si vieras la cara que tienes — exclamó Asuka, continuando con su carcajada, señalándolo con un dedo, mientras más risas dejaban su boca.
Shinji fue traído bruscamente a la realidad, al ver y escuchar a la pelirroja partirse de la risa frente a él. La miró con los ojos abiertos como platos. ¿Acaso...?
— Entonces… tú, tú… ¿fue solo una broma? — preguntó, incrédulo.
— ¡Por supuesto que fue una broma! ¿No habrás creído que hablaba en serio? — preguntó Asuka, mientras trataba de contener su risa, que en oídos de Shinji, sonaba más perversa que de costumbre.
El chico no podía creer lo que escuchaba. Solo había sido un juego, ella estaba jugando con él una vez más. Había sido un completo estúpido, debió suponerlo desde un principio, pero algo dentro de él, le dijo que tal vez esta ocasión podría ser diferente. Simplemente no lo podía creerlo. Asuka lo había hecho de nuevo. Se las había arreglado una vez más para jugar con sus sentimientos. Había escarbado y removido cosas que creyó superadas, sacándolas a flote y pisoteándolas nuevamente, de la misma forma en que lo había hecho tiempo atrás, cuando fue apagando ese fuego que ardía en su corazón, un fuego que había logrado remover, sacando algunas chispas desde sus cenizas.
Shinji sintió que la rabia lo invadía, una rabia que no había experimentado nunca antes, rabia y dolor. Dolor al recordar eso que sintió y que tanto le había dolido. La sensación fue tan fuerte, que no lo pudo contener y por primera vez en su vida; explotó.
— ¿¿HASTA CUANDO VAS A SEGUIR BURLÁNDOTE DE MI??
Asuka saltó del susto y sorpresa al escuchar el rugido de Shinji, y retrocedió sin darse cuenta un par de pasos, impactada. Jamás se hubiera imaginado que Shinji le gritaría de esa forma. Estaba impactada, pero esto era algo que ella no podía tolerar. No se podía dejar pasar a llevar, menos por él. Tenía que responder.
— ¡¡HASTA QUE SE ME DE LA GANA!! — respondió la pelirroja, devolviéndole el grito.
Ante esa respuesta, Shinji se sintió más furioso aún contra esa pelirroja, pero sobre todo, furioso consigo mismo. Otra vez había caído ingenuamente en el juego de Asuka y ella había logrado meter su dedo en una herida, que si bien ya no sangraba, aún dolía... y mucho.
— ¡¡MALDITA BRUJA!! ¿¿ACASO PIENSAS QUE ESTO ES DIVERTIDO?? ¿¿CREES QUE ES DIVERTIDO JUGAR CON LOS SENTIMIENTOS DE LOS DEMÁS?? — rugió Shinji, amenazante.
Asuka fue sorprendida por esta nueva reacción de Shinji. Tenía el rostro desfigurado en un rictus de furia tan intimidante, que retrocedió otra vez, pero tropezó y cayó sentada el suelo, mientras que el chico avanzó con un puño en alto, listo para golpearla. Por primera vez desde que lo conocía, sintió miedo de Shinji. Cerró los ojos y esperó el golpe... pero el golpe nunca llegó.
Al abrir los ojos, vio a Shinji, aún con su puño en alto, pero toda la furia de su rostro había desaparecido, para su sorpresa, en ese rostro ahora solo pudo ver dolor... dolor y ¿Lagrimas? Si, lágrimas. Estaba llorando, con su rostro reflejando un profundo dolor, mientras aún conservaba el puño en alto, con su cuerpo temblando y los dientes apretados. Finalmente bajó su puño mirando a otro lado, cerrando fuertemente los ojos, como queriendo apartar las lágrimas de ellos.
— Vete a la mierda, Asuka — dijo Shinji con la voz temblorosa, pero decidida. Luego de esas palabras, salió del departamento dando un fuerte portazo.
Asuka quedó en estado de shock al escuchar esas palabras y solo se quedó viendo la puerta por la que Shinji acababa de salir. Lo que había comenzado como algo destinado a sacarse esa espina clavada y superar a Rei, había degenerado en... no lo sabía con claridad, solo podía pensar en las últimas palabras de Shinji:
"Vete a la mierda, Asuka"
El recordar esas palabras y la expresión de Shinji, hicieron que algo se rompiera dentro de ella. La forma en que dijo esas palabras, la forma en que esas palabras cortaron como si fueran un cuchillo a través de su corazón, la hicieron sentir un dolor más grande de todo lo que había experimentado en su vida. Shinji ya creía que ella lo odiaba y ahora, después de esto... no se dio cuenta pero se había hecho un ovillo abrazando sus piernas, mientras una rebelde lágrima se escapaba de uno de sus ojos.
— Shinji — susurro con él corazón apretado, recordando como Shinji salía dando un portazo. No quería perderlo, ya había perdido a su madre, perder a Shinji, eso... eso no lo soportaría.
"¿PERDER A SHINJI?" Asuka levantó su cabeza impactada, con los ojos desorbitados ¿Acaso ella...? Antes de terminar la pregunta tuvo la respuesta. Ahora estaba todo claro. Todas esas cosas que sentía, era eso… "ESO". Pero ella no podía sentir "eso", menos por él. Ella se prometió a sí misma nunca depender de nadie.
"Vete a la mierda, Asuka"
Las palabras de Shinji resonaron en su mente otra vez y volvieron a cortar como un cuchillo su corazón por segunda vez, solo que ahora, el dolor fue más intenso. Asuka se levantó lentamente y se fue a encerrarse en su cuarto caminando casi arrastrando los pies. No se dio cuenta de que estaba llorando y si lo hizo, ya no le importaba, solo sabía que tenía mucho en que pensar.
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Eran cerca de las 10 de la noche, cuando la Mayor Misato Katsuragi, terminó por fin con la montaña de papeleo que había sobre su escritorio. Sonrió con satisfacción y se dispuso a salir rumbo a algún lugar para tomar un par de copas y tratar de botar el estrés que tenía acumulado, luego de luchar todo el día contra una montaña de papeleo burocrático.
Estaba a punto de salir de su oficina, cuando una llamada la hizo devolverse.
— Katsuragi — fue su única respuesta, rogando a todos los dioses que no fuera nada importante para poder irse de una vez — ¿Qué? ¿Está seguro?... entiendo, yo me encargo — dijo la mujer, colgando el auricular totalmente sorprendida por lo que acaba de escuchar. Tomó su chaqueta y salió de su oficina con paso acelerado. Esa copa tendría que esperar un poco más.
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El EVA-01 estaba anclado en su gigantesca jaula de contención, por una inmensa estructura que lo sujetaba firmemente en su lugar. Shinji estaba ahí, mirando fijamente a la cara del EVA, apoyado contra la baranda de la pasarela que estaba frente al coloso morado y que los técnicos usaban para transitar de un lado al otro de la jaula de contención.
Era extraño estar en ese lugar. Era la primera vez que acudía a ese lugar por su propia voluntad, pero por alguna razón, sintió que este era el lugar adecuando donde ir a meditar sobre lo que atormentaba su lastimado corazón. Por alguna razón, al estar aquí, frente a ese gigante que él piloteaba, se sintió más tranquilo y protegido, como si su madre lo estuviera cuidando. Rió tristemente mientras negaba con la cabeza este último pensamiento. Seguramente debía estar peor de lo que pensaba.
— ¿Shinji?
Shinji se sorprendió al escuchar esa voz. Al mirar a su izquierda, pudo ver a Misato parada a unos metros de él. No la había visto llegar. ¿Cuánto tiempo llevaba parada allí? Por su parte, la mujer caminó hacía él, se ganó a su lado y contempló en silencio a la gigantesca EVA por unos momentos antes de hablar.
— Me sorprendí bastante cuando me dijeron que estabas aquí. Este es el último lugar en donde hubiera esperado encontrarte Shinji. Sobre todo a esta hora de la noche. ¿Pasó algo? — preguntó la mujer, con interés y preocupación.
Shinji se demoró en responder, pero Misato esperó pacientemente. Intuía que algo grave debió haber pasado. Esa era la única explicación para que Shinji estuviera ahí.
— Solo necesitaba pensar un poco. Salí a caminar y sin darme cuenta terminé aquí — respondió finalmente el chico.
Misato lo comprendió inmediatamente. Era más que evidente lo que había pasado.
— Peleaste con Asuka — dijo la mujer. Aunque parecía una pregunta, no lo era.
Shinji no respondió. El silencio del chico hablo por sí solo.
— Shinji… ¿por qué no intentan llevarse bien? — preguntó ella, comprensiva.
— ¿¿Con esa bruja?? — casi ladró Shinji.
Misato se sorprendió por la intensidad con que Shinji pronunció esas palabras. Al mirarlo con más detención, se percató de que estaba realmente molesto; molesto y algo más. Pudo ver que sus ojos estaban rojos e hinchados. Había estado llorando. Algo realmente malo debía haber pasado entre esos dos.
— ¿Quieres hablar de eso? — preguntó Misato con suavidad.
Shinji no respondió, solo se limitó a bajar la cabeza con rostro dolido.
— Conversarlo con alguien puede ayudarte a sentirte mejor — comentó Misato con suavidad.
Shinji pensó sobre eso. En realidad nunca le había contado a nadie sobre lo que le pasó con Asuka. Aun así, algo le decía que Misato se había dado cuenta, aunque nunca hizo ningún comentario al respecto, cosa que agradecía. Finalmente decidió hablar. Confiaba en Misato y sabía que sería discreta.
— Acabo de confirma algo que ya sabía. Es solo que duele... mucho — dijo Shinji, casi en un susurro. No pudo decir más, pero sintió que eso era más que suficiente para que ella supiera de qué se trataba todo.
Efectivamente, Misato no necesitó más para saber de lo que Shinji estaba hablando. Esas pocas palabras fueron suficientes para que lo comprendiera todo. No sabía a ciencia cierta qué había pasado, pero si Asuka alguna vez tuvo una oportunidad con Shinji, había terminado por matarla.
Se sintió mal por Shinji y enfadada con Asuka, aún así, una parte de ella se alegró. Ahora, Rei tenía el camino despejado. Su mayor amenaza se había autoeliminado. Si Rei jugaba bien sus cartas... pero no era momento para pensar en eso. No ahora.
Shinji sintió como un brazo pasaba por sobre sus hombros y era estrechado en un reconfortante abrazo. Miró a Misato y esta le regaló una hermosa y reconfortante sonrisa, una de esas sonrisas que te dicen "todo está bien, estoy aquí"
— Gracias — dijo Shinji, devolviéndole la sonrisa.
— No hay de qué. Sabes que siempre estaré ahí si me necesitas.
Shinji amplió su sonrisa y afirmó con su cabeza, sintiéndose ya un poco mejor.
— Bueno Shinji, ya es un poco tarde para estar aquí. Vamos, te invito un trago — dijo Misato, encaminando a Shinji a la salida.
— Pero Misato, soy menor de edad — dijo el aludido, totalmente sorprendido por la propuesta de la mujer.
— Bueno, entonces yo me tomo el trago y tú un refresco — contestó Misato con una sonrisa.
Shinji no pudo evitar sonreír. Afirmó con la cabeza y se fue con su tutora a donde sea que ella pretendiera llevarlo, después de todo, no tenía nada mejor que hacer y no le apetecía llegar tan pronto a casa. Ninguno de los dos vio como los ojos del EVA-01 dieron un pequeño destello, un destello de alivio.
— Por cierto Shinji, ¿por qué vistes de militar?
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"DIA 2"
Era un nuevo día de clases Tokyo-3, y en uno de los salones de clases, Hikari miraba extrañada a su amiga, que mostraba un semblante muy distinto al de siempre, ya que no era la usual Asuka Langley, rebosante de energía y dispuesta a regañar por todo. En cambio ahora se veía apagada, como si le hubieran drenado la vida. Además tenía unas ojeras terribles, parecía que no había dormido nada en toda la noche y se la pasaba mirando a Shinji de tanto en tanto.
Por su parte, Touji y Kensuke también estaban algo sorprendidos por la actitud de Shinji. El aludido estaba sentado en su puesto con rostro serio y sorprendentemente, le devolvía una mirada hostil a cualquiera que lo mirara demasiado. Al parecer, Shinji andaba de malas, cosa realmente sorprendente en él, ya que cuando andaba triste o enojado solía encerrarse aún mas en si mismo.
Asuka miraba a Shinji de reojo, sabiéndose la culpable del estado del chico y sabiendo que debía hacer algo para remediar la situación.
La pelirroja había meditado mucho sobre el asunto. Le había sido difícil aceptar la realidad, aceptar que ella, Sorhyu Asuka Langley, estaba enamorada de Shinji Ikari. En un principio trató de negarlo, pero le fue imposible, ya que la verdad la había golpeado directo en la cara como una tonelada de ladrillos.
"Vete a la mierda, Asuka"
Esas cinco palabras le habían abierto los ojos. Escuchar esas palabras salir de la boca de Shinji y de la forma en que las dijo, le habían causado tal dolor, tal shock, que finalmente había comprendido qué era lo que le pasaba con Shinji y por qué le molestó tanto verlo babeando por la muñeca. Estaba enamorada de Shinji. Lo peor de todo es que lo descubrió de la peor forma posible, justo en el momento en que terminaba por alejarlo de ella.
Ella se había prometido a si misma no depender nadie, por lo que la idea de amar a alguien; y sobre todo, a alguien como Shinji, era una soberana locura. Pero la cruda realidad y la dura forma en que se había dado cuenta de las cosas, no dejaron lugar a dudas, estaba enamorada de Shinji. No sabía cuando ni cómo pasó, solo sabía que lo amaba y que no soportaría perderlo.
Para su desgracia, su estúpido orgullo se había encargado de alejarlo. El ya creía que ella lo odiaba, ahora, después de lo que pasó, si no lo había alejado por completo, estaba a punto de hacerlo. Al menos esa era la sensación que le dejaron esas pablaras de Shinji.
Tenía que hacer algo, tenia que buscar la forma de acercarse a él, de hacerle ver que ella no le odiaba, que en verdad lo amaba con todo su ser. Pero no podía ir y decírselo así nada más. El no le creería, si es que estaba dispuesto a escucharla. No podía imponerse, ya que él la rehuiría y tampoco le iba a rogar, a pesar de todo, ella tenía su orgullo. No, debía acercarse paso a paso, hacerle ver que ella también era una chica tierna y cariñosa, es solo que nunca nadie había visto esa parte de su personalidad. Él sería el primero.
Con la decisión tomada, era cosa de acercarse a Shinji y tratar de hacerle entender, de tener una conversación. Obviamente no lo pudo hacer la noche anterior, ya que todo estaba fresco aún, además, Shinji llego a casa con Misato cerca de las 3:00 de la madrugada, por lo que decidió dejar las cosas para el día siguiente. Su intención era convencer a Shinji de alguna forma de saltarse el colegio para conversar sobre el asunto, pero él se había marchado mientras ella estaba aún en la ducha. El no se lo estaba poniendo fácil, pero no podía culparlo.
Por su parte, Shinji aún estaba dolido por lo pasado con Asuka, pero también molesto. El salir con Misato la noche anterior lo relajó bastante, además, no podía negar que se divirtió mucho y fue la envidia de todo el lugar, al estar compartiendo con una mujer tan hermosa. Pero por la mañana, nada más ver a Asuka, regresó el enojo consigo mismo, por dejarse engañar tan estúpidamente por la pelirroja, pero acompañado de otro sentimiento: dolor. Es que Asuka se las había arreglado para remover algo que él creía olvidado y sepultado.
Ahora, ese sentimiento lo había estado rondando toda la mañana, como insinuándole que una pequeña llamita estaba cobrando fuerzas entre las cenizas, lo que le hacía recordar todo lo que sufrió debido a la pelirroja. Negó con la cabeza. Debía apartar esas ideas de su mente. Sabía por experiencia que eso no lo llevaría a nada. Entonces, su vista se pasó en el vacío puesto de Rei. La chica no había asistido a clases ese día, cosa que era común en ella, ya que siempre la estaban requiriendo para pruebas y exámenes físicos, aunque no entendía por qué usualmente solo la llamaban a ella.
El solo pensar en la chica de ojos escarlata, fue suficiente para que algo del dolor que le dejó Asuka con su estúpido juego, desapareciera por arte de magia. Desde un tiempo a esta parte, Rei causaba esos efectos en él. El estar junto a ella lo relajaba y aunque no se dijeran nada, se sentía sumamente cómodo con su compañía. El ver su hermosa sonrisa era suficiente para fundirle el cerebro y sus enigmáticos y hermosos ojos rojos, siempre lo habían cautivado, más aún ahora que podía ver cosas en ellos.
No pudo reprimir una pequeña sonrisa. El descubrirse capaz de ver cosas en esos ojos era toda una sorpresa, una agradable sorpresa a decir verdad, además, ella también parecía conocerlo a él mucho mejor de lo que imaginaba, pero no le molestaba, al contrario, se sentía halagado.
Volvió a mirar el asiento vació de Rei, y se encontró con deseos de verla. Luego de lo que pasó bajo el roble, parecía que todos sus pensamientos habían sido monopolizados por ella. Bueno, no era de extrañar, le gustaba Rei, no sacaba nada con negarlo. La chica se le había metido dentro de su ser sin darse cuenta y después de lo que pasó bajo el roble de la escuela, ese sentimiento se hizo más fuerte, hasta que otro sentimiento que creyó olvidado comenzó a manifestarse otra vez, picándolo insistentemente y eso, lo tenía de mal humor, ya que sabía que no llegaría a nada. Solo que su corazón parecía no querer entender razones.
Tan enfrascado estaba en sus cavilaciones, que Shinji no escuchó como el profesor lo llamaba pidiéndole poner atención en la clase. Luego de cuatro intentos, el profesor perdió la poca paciencia que le quedaba y fue hasta quedar parado frente a Shinji, que aún estaba en las nubes, observando el vacío puesto de Rei.
— ¡¡Señor Ikari!! — ladró el profesor, golpeando el pupitre del chico con un libro que tenía en las manos.
— ¡¡WAAAAAAHHH!! — gritó Shinji, dando un salto del susto y cayendo sentado en el piso, totalmente blanco y con el corazón en la mano — ¿Q-q-qué...? — fue todo lo que pudo articular el aún asustado piloto EVA.
El profesor lo miró con ojos estrechos mientras el resto de la clase se largaba a reír de buena gana. El resultado de eso era bastante predecible.
"Baka" pensó Asuka mientras veía como Shinji salía del salón entre la risa de todos, hasta que se dio cuenta de algo. Esa era precisamente la oportunidad que había estado esperando, solo debía lograr que la sacaran del salón y luego podría llevarse a Shinji a alguna parte privada, donde poder hablar con tranquilidad.
La pelirroja sonrió con malicia y comenzó a maquinar un plan para ser sacada de clases, ante la mirada de una ya totalmente preocupada Hikari.
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Shinji llevaba unos 10 minutos cargando las famosas cubetas de agua, cuando la puerta del salón se abrió y una conocida pelirroja salió por ella. Obviamente, Shinji se sorprendió y le hubiera gustado preguntar qué había pasado, pero su orgullo herido pudo mas que su curiosidad, así que optó por mirar hacia otro lado con el ceño fruncido.
Asuka miró la reacción del chico con enojo y dolor por partes iguales, pero se contuvo. No se había hecho sacar del salón para pelear con él, ni para llorar como una magdalena. Estaba ahí para tratar de arreglar las cosas y conseguir una oportunidad de llegar a su corazón.
— Shinji... tenemos que hablar — dijo finalmente en un susurro.
Shinji no respondió.
— ¿Shinji?
Shinji no respondió.
— ¿Shinji, me escuchas?
Obviamente que él estaba escuchando y ya se podía imaginar lo que la pelirroja se traía entre manos, pero no tenía ganas de hablar con ella. Aún estaba enojado por lo del día anterior. Enojado y dolido.
Por su parte la pelirroja, fiel a su forma de ser, decidió dejar de perder el tiempo, le quitó las cubetas de agua a un sorprendido Shinji, y antes de que este pudiera decir nada, lo jaló de un brazo rumbo a las escaleras. Él intentó protestar ante este abrupto comportamiento, pero Asuka le dio una mirada de esas que no dejan lugar a discusión; así que no le quedó otra más que dejarse arrastrar hasta llegar a la azotea de la escuela, un lugar ideal para hablar con privacidad.
Una vez allí, Shinji caminó hasta la baranda y se recargó los brazos en ella, mirando al horizonte. Luego de unos tensos y largos segundos, suspiró resignadamente y juntando todo su valor, enfrentó a la pelirroja.
— Bien, te escucho — dijo Shinji, no muy entusiasmado.
Asuka comenzó a ponerse algo nerviosa. A pesar de sus intentos de serenarse, Shinji aun se veía molesto y motivos tenía, pero también se veía... ¿dolido? Esa era la otra cosa que había estado dando vueltas en la cabeza de Asuka, toda la noche. ¿Por qué Shinji se había sentido tanto cuando ella le dijo que todo era una broma? ¿Por qué le preguntó si creía que era divertido jugar con los sentimientos de los demás? ¿Acaso quería decir que él sentía algo por ella?
"Sí, lo sé"
Esas tres palabras llegaron a la mente de la pelirroja en forma instintiva. Esa había sido la respuesta de Shinji, cuando ella había dicho que lo odiaba. Aún podía recordar la cara y el tono de voz amargo y apesadumbrado con que había dicho esas palabras. Ante estos hechos, una luz de alarma se encendió en la cabeza de la pelirroja. Algo le decía que si no hacía algo ahora, nunca tendría una oportunidad con Shinji. Finalmente se armó de valor para hablar.
— Shinji, yo... sobre lo de ayer...
— ¿Por qué lo hiciste? — preguntó Shinji, cortando a la pelirroja.
— Yo... solo quería jugarte una broma, como el otro día en NERV, cuando salí con Kaji — comenzó a explicar la pelirroja — Creo que esta vez se me pasó un poco la mano.
— ¿Un poco? — preguntó Shinji, incrédulo — ¿A eso le llamas un poco? — preguntó, ahora molesto — ¿Qué hubiera pasado si yo te hubiera tocado como me pedías? ¿Acaso no consideraste eso al idear ese estúpido juego?
Asuka se sonrojó al escuchar esa pregunta y al recordar que ella estaba dispuesta a ser tocada y algo más, si él decidía seguir. No pudo responder ante la mirada escrutadora de Shinji.
Shinji apartó la vista y suspiró con resignación y negó con la cabeza. Al menos sabía lo que debía hacer, aunque no estaba seguro de cómo se tomaría Asuka, lo que iba a decirle. Pero era necesario hacer esto. Tenía que asegurarse que la chica dejara de molestarlo de esa forma, por su sanidad mental. Juntando toda la paciencia posible, trato de calmarse y le habló a la pelirroja.
— Asuka, debes entender que no puedes hacer ese tipo de bromas — dijo con pesar — Vivimos juntos hace unos 6 o 7 meses y he aguantado tus bromas, regaños y golpes durante todo este tiempo, pero soy un chico y no debes olvidar eso — dijo mirándola a los ojos.
— ¿Qué quieres decir con eso? — preguntó la pelirroja, arqueando una ceja, lo que causó que Shinji se sonrojara y apartara la vista.
— Bueno, soy un chico en plena pubertad y bueno... si una chica se me acerca como lo hiciste tú ayer, pues...
Shinji no llegó a terminar esa frase, pero fue suficiente para que Asuka se sonrojara. Ella no necesitaba más, para saber las implicaciones del comentario del chico frente a ella.
— ¡Hentai! –- dijo la pelirroja sin pensar, llevada más por la costumbre que por otra cosa.
Si Shinji estaba molesto consigo mismo, luego de ese comentario de Asuka, todo su enojo se volcó sobre la pelirroja.
— ¡¡Si fuera un Hentai como dices, te hubiera tirado sobre la alfombra y te hubiera hecho quien sabe que cosas!! — dijo Shinji molesto, para luego darle la espalda.
Asuka se dio mentalmente una patada en el trasero. Shinji le acaba de pedir que dejara de molestarlo de esa manera y ella va y lo trata de "Hentai". Al final comprendió que lo único que había logrado con todo eso, era alejar un poco más a Shinji de ella. El tenía razón, era un chico y era normal que reaccionara como lo hizo ante una chica que se le insinúe, aunque se detuvo antes de llegar más lejos.
Al ver a un Shinji enojado dándole la espalda, sintió rabia consigo mismo por ser tan tonta y dejarse llevar por sus deseos de superar a la muñeca. "Si él me hubiera tomado anoche y lo hubiéramos hecho, no habría sido por amor, habría sido por simple deseo. Yo no quiero que sea así". Pensó la pelirroja.
Shinji estaba apunto de dar media vuelta y salir de ahí, cuando para su sorpresa y contra todo lo que hubiera esperado, sintió como Asuka lo tomaba de la camisa. Al voltear a verla, ella estaba parada a su lado, con la cabeza levemente gacha.
— Tú no eres un Hentai. Nunca lo has sido — dijo la chica, son voz suave — Lo supe esa noche que me acosté junto a ti, provocándote para que me besaras. En vez de aprovecharte, me cubriste y te fuiste a dormir a otro lado. Un Hentai no hubiera hecho eso.
— ¿Asuka? — preguntó Shinji, sin poder creer lo que escuchaba.
— Sé que te molesto todos los días con eso, pero solo lo hago para picarte. No lo hago en serio, eres un buen chico, sabía que no te aprovecharías de mí, porque yo... confío en ti — dijo la chica, levantando la cabeza y obsequiándole a Shinji una hermosa sonrisa.
Shinji se sonrojó y quedó como petrificado, viendo como la chica le obsequiaba una hermosa sonrisa, mientras su corazón latía aceleradamente.
— ¿Tú... confías en mi? — preguntó él, sorprendido.
— Baka. Claro que confío en ti. ¿O que, acaso crees que te odio, o algo por él estilo? — preguntó finalmente la pelirroja en forma divertida, ampliando su sonrisa.
Esas palabras fueron como un mazazo en la cabeza para Shinji. Ella no lo odiaba como había llegado a creer, todo lo contrario, confiaba en él. Se lo había dicho junto con una hermosa sonrisa. Cuanto tiempo había deseado que esa huraña pelirroja le obsequiara una sonrisa como esa. ¿Por qué tenía hacerlo justo ahora que todo había terminado?
— Shinji, yo... entiendo que estés enfadado conmigo por lo que pasó. Prometo nunca más jugarte ese tipo de bromas — dijo finalmente la pelirroja, con la cabeza un tanto inclinada hacia abajo yun leve sonrojo en sus mejillas.
Shinji Ikari estaba verdaderamente sorprendido. La gran Sorhyu Asuka Langley se acaba de disculpar. No directamente, pero esto era sin dudas una disculpa. Francamente ya no sabía qué esperar de la pelirroja. Jamás se habría imaginado que tendría una conversación con ella sin recibir gritos o un golpe como mínimo. Este era un lado de Asuka que él no conocía, un lado que le agradaba bastante, un lado de ella, que le hubiera gustado conocer antes, porque ahora era demasiado tarde, ¿verdad?
Miró a la pelirroja, que esperaba expectante y al verla así, tan distinta, tan hermosa, tan cercana, sintió como todo el enojo y dolor que experimentaba fue desvaneciéndose poco a poco, a la vez que sentía un calorcito en el corazón, algo que ya había experimentado tiempo atrás. ¿Acaso...?
Finalmente y ante la expectación de Asuka, lo único que Shinji pudo hacer, fue sonreír y afirmar con la cabeza. La pelirroja le devolvió la sonrisa, sabiendo ya, que eso significaba que habían hecho las pases. Shinji la había perdonado.
— Mejor volvemos fuera del salón. No quiero quedarme detenida toda la tarde como te pasó ayer con la muñeca, por estar comiendo bajo un árbol — dijo Asuka con un tono de voz juguetón, mientras se colgaba de un brazo de Shinji, con una hermosa sonrisa en los labios, sin notar la cara de consternación que puso Shinji por unos segundos.
Sin querer, Asuka había tocado un punto sensible, había mencionado a Rei, lo que causó que Shinji, sintiera un remezón en su corazón. Repentinamente eso que Asuka le estaba haciendo rememorar, chocó con lo que Rei le hacia sentir. No pudo dejar de sentirse algo confundido, pero decidió dejar eso de lado por ahora. Ya habría tiempo de pensar en eso con más calma.
Shinji miró a la pelirroja, que estaba colgada de su brazo, y con un sonrojo en sus mejillas, caminó junto la pelirroja de regreso afuera del salón de clases, para terminar su castigo. Aún así, estaba realmente sorprendido por la forma en como ella lo llevaba, pero al final lo aceptó de buena gana. No todos los días puedes ir del brazo de una de las chicas más lindas de la escuela, además, las cosas entre ellos se habían arreglado, solo esperaba que esta tregua pudiera durar, aunque fuera por un tiempo.
Por su parte, Asuka se sentía mucho mejor, como si se hubiera quitado un gran peso de encima. Por primera vez había abierto un poco su corazón, con lo que logró más de lo que imaginó. Si bien no le ofreció una disculpa en toda la regla, Shinji lo había entendido, y logró que él diera ese lamentable incidente por superado. Además, ya no estaba enojado y le había vuelto a dirigir la palabra. Por último, ella aprovechó la ocasión para hacerle ver, en forma algo solapada, que ella no lo odiaba como él creía, lo cual pareció sorprender gratamente a Shinji.
Sin dudas había dado un importante paso. Ahora él sabía que no lo odiaba y que ella confiaba en él, lo cual le habría la puerta para acercarse y revertir la mala impresión que Shinji tenía de ella. La mejor forma de hacerlo era mostrándole su lado más tierno, como ahora. Por la sonrojada cara de Shinji, podía decir que iba bien encaminada. Sonrió y siguió caminando feliz junto Shinji a terminar su castigo.
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El día de clases finalmente había llegaba a su fin, y como ya era costumbre, los alumnos salieron disparados de la escuela en todas direcciones, igual como si se tratara de una fuga de reos escapando de la prisión.
Durante el transcurso del día, Shinji había ido recobrando su carácter normal. La conversación con Asuka en la azotea de la escuela había dado sus frutos. Ahora Shinji se veía mas como si mismo, aunque con muchas cosas en que pensar, ya que esta nueva situación con Asuka, era algo que nunca se había esperado, cosa que lo alegraba mucho y despertaba algunas cosas, que parecían chocar con otras cosas que le hacía experimentar cierta chica de mirada escarlata. Aún así, había recobrado su ánimo habitual.
Los más agradecidos eran Touji y Kensuke, que caminaban junto a Shinji para su "Maratón Semanal de Animé", ya que ese día de la semana siempre lo dejaban para pasar toda la tarde viendo animé en casa de Kensuke.
— Me alegra que hayas vuelto a ser el mismo de siempre Shinji. Cuando llegaste a la escuela en la mañana, te veías como decaído y algo molesto — comentó como Kensuke.
— Es verdad. ¿Qué rayos te pasó, Shinji? — preguntó Touji con verdadero interés.
— Nada de importancia. Ya pasó — dijo Shinji, sabiendo que en realidad la cosa no había pasado del todo. La conversación con Asuka, si bien había arreglado en algo sus diferencias, también le había dejado muchas cosas en qué pensar.
— Bueno, lo más importante ahora es comprar algo de comer — dijo un Kensuke entusiasmando, sacando a Shinji de sus pensamientos.
— Es verdad, podríamos comprar refrescos, patatas fritas, hamburguesas, pollo asado, o también podríamos encargar algunas pizzas. ¿Qué opinas Shinji? — preguntó Touji.
— Bueno, no sé. ¿Qué tal un poco de cada cosa? — propuso.
— Gran idea, Shinji — dijo Kensuke.
— ¿Crees que seremos capaces de comer todo eso, Shinji? — preguntó Touji sorprendido, ya que en verdad sería mucha comida, pero su estómago lo traicionó y lanzó un fuerte gruñido.
— ¿Decías algo, Touji? — preguntó un divertido Kensuke.
Touji tuvo que tragarse sus palabras. Shinji solo sonrió.
Finalmente los tres chicos se encaminaron rumbo al centro de ciudad fortaleza, siguiendo el llamado de sus estómagos. En eso, pasaron por frente a un pequeño parque donde se juntaban a conversar la mayoría de los alumnos luego de salir de clases. Shinji pudo reconocer a varios de ellos como compañeros de su misma clase. En ese momento, su mente dio a luz un plan para hacerle pagar a Touji, por la tarde de tortura que había pasado el día anterior con el profesor de matemáticas, pero más que nada, porque por culpa de eso, su conversación con Rei, había quedado interrumpida en el momento más importante. Eso era algo que Touji debía pagar.
Shinji miró a Touji disimuladamente. Sabía que lo que iba a hacer era arriesgado y se podía ganar un buen puñetazo de parte de su amigo, pero él se la estaba debiendo y esta le parecía la manera más equitativa de cobrársela. Además, en una de esas le servía para que él despertara y se dejara de perder el tiempo.
Cuando los tres estaban lo suficientemente cerca para que los demás chicos pudieran oír su conversación, Shinji se acercó a Touji y le pasó un brazo por sobre los hombros, en un típico gesto de camaradería masculina.
— Bueno Touji, cuéntanos de una buena vez. ¿Hace cuando que Hikari es tu novia? — preguntó Shinji, lo suficientemente fuerte para que todos lo oyeran.
Efectivamente, Todos los presentes se giraron como por acto reflejo hacia ellos, momento en que Touji quedó como congelado en su sitio, mientras su cara se ponía más roja que una señal de tráfico, pero luego de unos segundos vino su reacción.
— ¿¿De donde demonios sacaste eso, Shinji?? — preguntó furioso, mientras se libraba del abrazo de su amigo, a la vez que echaba humo por las narices y espuma por la boca.
— Bueno, es que ustedes se llevan muy bien de un tiempo a esta parte, además, ella te trae el almuerzo todos los días y pues, yo pensé... — dijo Shinji, retrocediendo con las manos en alto en un gesto conciliador, pero con una leva sonrisa en los labios.
Ante esas palabras, Touji se congeló otra vez y se puso más rojo aún; si fuera posible.
Por su parte, Kensuke estaba completamente sorprendido por ese comentario de Shinji. Molestar a Touji con la delegada de curso era como cometer suicidio, no había duda de que Touji lo iba a matar, pero cuando vio la expresión de Shinji, esa pequeña sonrisa pícara y sobre todo, el lugar donde hizo su comentario, comprendió cual era el juego de su amigo y decidió seguirle la corriente.
— Es verdad Touji. Desde hace uno días Hikari comenzó traerte el almuerzo y todos sabemos cual es el único motivo por el cual una chica le lleva el almuerzo a un chico. No puedes negarlo — dijo Kensuke, con pose de profesor explicando una materia, levantando su mano derecha y enseñando el dedo meñique.
— ¡¡TE DIGO QUE NO SOMOS NOVIOS!! — rugió Touji, más rojo aún.
Mientras, los demás chicos que presentes en el lugar, estaban verdaderamente encantados con la conversación que tenían de esos tres y como era de esperar, no pudieron evitar hacer algunos comentarios al respecto.
— Que calladito te lo tenías, Touji — dijo uno.
— Es verdad, que malo eres. ¿Cuándo pensabas decirnos? — preguntó otro.
— Guardar ese tipo de secretos no es de amigos — dijo otro, con fingida aflicción.
— Vamos, cuenta. ¿Qué tal es Hikari? ¿Es ardiente o de las tranquilas? — preguntó otro, haciendo que los comentarios comenzaran a escalar aún más.
— Es verdad. ¿En privado es igual de mandona o le gusta que la manden?
— ¿Hasta dónde has llegado?
— ¿Le has dado besos con lengua?
— ¿Le has agarrado los pechos?
— ¿Ya le has metido mano bajo la falda?
— ¿Han tenido sexo?
— ¿Cuantas veces?
— ¿Le gusta suavecito o prefiere el sexo duro?
— ¡¡CÁLLENSE!!
Todo el mundo se calló en el acto ante ese potente rugido. Touji respiraba pesadamente, con las manos apuñadas, enseñando los dientes de forma amenazante y una mirada asesina que prometía una muerte lenta y dolorosa a cualquiera que hiciera otro comentario. Como ninguno de los presentes quería morir virgen, optaron por guardar silencio.
— Ahora escuchen montón de idiotas. Entre Hikari y yo, no pasa nada, ¡¡NADA!! Todo esto fue invención del idiota de Shinji. ¿¿Les quedó claro?? — preguntó Touji, meneando un puño en forma amenazante.
Todos asintieron con la cabeza. No era prudente contradecir a Touji en ese estado. El último que lo intentó, se ganó un sendo puñetazo en el rostro y no pudo abrir el ojo derecho en una semana.
— Si escucho un solo comentario de esto en la escuela, se las verán con mis puños. ¿¿Está claro??
Todos asintieron. Nadie sería tan tonto como para comentar eso en la escuela, pero Touji no dijo nada sobre comentarlo fuera de esta.
// Inserte aquí, una sonrisa cínica de los chicos en cuestión //
Una vez que Touji aclaró las cosas con el grupo de idiotas que tenía en frente, se preparó para darle su merecido al causante de todo ese alboroto.
— Y ahora tú, Shinji, vas a pagar… — pero no pudo terminar su regaño, ya que el aludido brillaba por su ausencia.
Buscó a Shinji con la vista pero no se veía por ninguna parte. Estaba en eso cuando escuchó un silbido desde la acera del frente. Ahí estaba Shinji, haciéndole señas con una mano junto a Kensuke, que lo jalaba de la camisa, instándolo a correr por su vida.
— ¡¡Eso fue por lo de ayer. Ahora estamos a mano!! — gritó Shinji, para luego salir corriendo junto con Kensuke, perdiéndose de vista al doblar la esquina.
— ¡¡SHINJI MALDITO, TE VOY A MATAR!! — gritó furioso Touji y se fue en persecución del joven Ikari — ¡¡TAMBIEN TE VOY A MATAR A TI, KENSUKE!! — gritó al doblar la esquina.
Los demás jóvenes solo vieron como esos tres se perdieron al doblar la esquina, deseando que Shinji y Kensuke corrieran más rápido que Touji, o no vivirían para ver un nuevo día.
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Asuka llegó al departamento donde vivía con Misato y Shinji, y fue directo a su cuanto a cambiarse de ropa. Al salir, llevaba su habitual polera holgada y pantalones cortos. Caminó hasta la cocina y se sirvió un vaso de jugo de naranja, regresó a la sala, prendió la televisión y se recostó sobre unos cojines para ver algún aburrido programa mientras mataba el resto de la tarde. Miró la televisión con rostro resignado, cambiando canales hasta que se detuvo en una vieja serie de animé, donde aparecía un robot blanco y negro luchando contra una especie de dragón mecánico, que le recordó en algo a Shinji, la muñeca y ella, montados en los EVA, librando mortales batallas contra los Ángeles. A volver de un corte comercial, dijeron el nombre de la serie: "Mazinger Z"
"Mazinger Z. Está serie si que es antigua, pero apuesto que Shinji babearía al verla" pensó divertida la pelirroja.
Shinji. Hace solo una hora que no lo veía y ya lo estaba extrañando y es que luego de aclarar las cosas con él, volviendo a un estado de relativa normalidad, en muy buenos términos, sea dicho de paso, sintió la necesidad de estar mas tiempo junto a él. Bueno, considerando lo que sentía por él, era normal desear pasar el máximo tiempo posible junto a él. Además, debía reconocer que Shinji había cambiado. Si bien no era el chico más extrovertido y con la personalidad más arrolladora del lugar, ya no era el alfeñique llorón que fue una vez. Si, definitivamente, ya no era el mismo de antes. Debía reconocerlo, le agradaba ese nuevo Shinji y quería conocerlo más a fondo. Este era el mejor momento para acercarse a él, ahora que se estaban reconciliando y que ella le estaba empezando a mostrar su lado tierno. Pero justo este día había quedado en salir con el par de idiotas que tenía por amigos. Lo único bueno es que como vivían juntos, oportunidades para acercase a él, no le iban a faltar.
"Me pregunto que estará haciendo ahora ese baka" pensó la pelirroja, tomando un sorbo de jugo de naranja, viendo como Mazinger terminada por destruir a su enemigo de turno.
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Los transeúntes que circulaban a esa hora por las calles de Tokyo-3, podían ver como dos jóvenes en edad escolar corrían por entremedio de ellos a todo lo que daban sus piernas, seguidos de cerca por otro joven de similar edad, que gritaba a todo pulmón amenazas de muerte para los dos primeros.
Esta no era una escena que se viera todos los días, pero después de ver Ángeles peleando contra robots gigantes por en medio de las calles de la ciudad, a la gente de Tokyo-3 ya nada los sorprendía.
Nadie les prestó atención.
Continuará...
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Notas del Autor: De todos los capítulos de FIND THE WAY, este fue el que más que costó sacar adelante y el que sufrió un cambio casi total a lo que se leía en su versión original para hacerlo funcionar.
Uno de los mayores cambios de este capítulo es la pelea de Shinji con Asuka, que en su primera versión no era ni la sombra de lo que es ahora. Esta pelea, es sumamente intensa y dramática para ambos. Gracias a ella, Asuka al fin descubre lo que le pasa con Shinji, mientras que este revivió cosas que creía superadas, solo para que Auka pisoteara esos sentimientos una vez más. Se puede decir que esta pelea es un evento trascendental en la relación de esta pareja, ya que marca un antes y un después. Superado esto, vino el otro problema: hacer que Asuka se disculpe.
Puede sonar fácil, pero en el fondo no lo es. Asuka es una chica sumamente compleja y por sobre todo, muy orgullosa. Ella había cometido una grave falta y por medio de ella, descubrió que amaba a Shinji, pero no por eso se iba a arrodillar ante Shinji pidiendo disculpas. Estamos hablando de Asuka Langley, ella no hace ese tipo de cosas. ¿Entonces, cómo hacer que se disculpe? Luego de jalarme el cabello y darme cabezazos contra la pared por algunos días, llegue a una conclusión: "Disculparse sin disculparse". Puede sonar raro, pero esto es justo lo que hizo Asuka en la azotea de la escuela y creo que es una escena bien lograda. Al menos eso espero, ya que me costó mucho poder idearla.
Bueno, con todo esto superando, las cosas entre estos dos parecen estar mejor que nunca, con Asuka ganando terreno en su relación con Shinji, pero, ¿qué pasa con Rei? La chica de ojos escarlata estuvo perdida en este capítulo, pero reaparecerá en el próximo, con algunas cosas que decir y un par de sorpresas por ahí.
Nos leemos.