Scarlatta Francomagaro es considerada una jovencita sin honor por sus padres, quienes han decidido que debe sufrir un terrible destino para ocultar a la sociedad sus reprochables actos y pagar por sus pecados.
Siendo juzgada como indigna, la muchacha escapa de la violencia de sus progenitores para irse a vivir a las afueras de la ciudad, oculta en un viejo y pequeño cobertizo de la casa de una pareja de ancianos.
Dentro de esas cuatro paredes enmohecidas, vivirá durante varios años, imaginando un mundo mejor en el que no existe el dolor y en el que las personas de buen corazón son las que ganan al final del cuento.