Soy un monstruo.
Estoy enamorado, he amado tanto a una persona que ahora me he visto a mí mismo como a un monstruo, he vivido mi vida con vergüenza y para cuando me di cuenta, ya no era humano, soy indigno de ser llamado humano.
Un ser tan egoísta como yo, no puede ser llamado humano, amar tanto a una persona me hace inhumano, me hace darme cuenta de las cosas que puedo llegar a hacer sin importar que lastime a alguna persona.
Mi amor es repugnante.
Recuerdo… Recuerdo cuando a ella le prometí que para ella era todo mi corazón, pero mentí. No solo se llevó mi corazón, también se llevó mi vida, mi alma, mi tiempo, mis pensamientos, y mis sueños. Recuerdo, cuando me di cuenta que estaba enamorado, me di cuenta cuando ese amor repugnante salió de mi corazón.
Decía su nombre, pero la luna solitaria que me acompañaba en las noches con su silencio eterno me recordaba constantemente que no estaba ahí, que no estaba en el mismo lugar que yo. Es doloroso pensar que no estará en el mismo lugar que yo, que no estará al lado de mí.
Que no la podre abrazar cuando la vea, es algo doloroso.
Oh querida, te amo. Te amo tanto que incluso te conozco más a ti que a mí mismo, te amo más a ti que a mí mismo, porque mi felicidad solo depende de tu felicidad. Cuando escucho música, solamente recuerdo tu voz, la música queda ensordecida ante tu voz, ese sonido melodioso que sale de tu boca es la mejor canción de todas, mis oídos quedaron embellecidos debido a tu voz, que no les interesan escuchar otra cosa más que tu voz.
Para poder estar bien necesito escuchar tu voz, aunque sea una vez y sé que encontré la felicidad.
Oh querida, te llevaste mi corazón esa noche que nos confesamos nuestro amor, te lo llevaste a tu hogar y solo le pedía a dios que no se lo rompieras. Oh dios, porque me condenas de esta manera. Entrego mi corazón y solo me regresan trozos de él.
Cada vez que camino por las calles y los transeúntes caminan de un lado para el otro, solo volteo para todos lados porque mis ojos siempre te imaginan para tener consuelos de que ya no estas. Camino por las calles y escucho tu voz llamándome y corro y corro hacia donde la escuche, pero, no hay nada ahí.
En las noches solo encuentro consuelo en mis sueños, mientras leo la carta que me hiciste donde jurabas que nuestro amor siempre seria mutuo, donde me juraste que mejoraríamos los dos juntos, donde no habría que decir adiós nunca más.
Mientras duermo, solo puedo soñarte a ti, me imagino hablando contigo, me cuentas tu día y me cuentas como estas, como te sientes, como se encuentran los pequeños gatos que yo consideraba mis nietos y ambos éramos los dos abuelos de tres lindos gatos.
Oh querida, nunca fui tan feliz en mi vida hasta que te conocí y descubrí lo que era vivir, lo que era realmente amar y ser amado. Que mi corazón latiera tanto después de haberte conocido me sorprendió.
Pensaba que ese corazón había muerto hace tanto tiempo que me sorprendió que siguiera con vida, yo, solamente era un cadáver inerte moviéndose por moverse, respirando por respirar, hasta que tuve la verdad razón de respirar y eres tú.
Mi corazón ya está lleno de ti cariño, mi corazón y todo de mí ya te pertenecer por derecho, ya te pertenece porque fue tuyo desde que te vi por primera vez.
Me enoje.
Y todo se arruino. Te dije que lo nuestro puede ser olvidado tan fácilmente como un vestigio de lo que fue, pero, no es así, nunca podré olvidar absolutamente nada de nosotros.
Solo, parecía que no te importaba nada de lo que hacía por ti, nunca parecía que te importaba en absoluto, sentía que esa felicidad que me describías era toda mentira, aun mas cuando ese amor tuyo antiguo aun a seguía ahí.
Recuerdo que me dijiste que, si me llegara a enojar de nuevo, te golpearía y te destruiría, cariño… jamás haría eso, no pienses así de mi cariño, es doloroso, yo… no quiero ser un monstruo para ti.
Oh cariño… Te amo, pero me hubiera gustado ser otras personas totalmente distintas.
¿Otras personas?
Si, personas que no se tuvieran que decir "adiós" nunca.