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Chapter 2 - capitulo 2: Figuras.

"VETE"

Entrecerró los ojos ante las palabras grabadas en el suelo, estas palabras estaban mucho mejor escritas que las palabras del segundo piso así que pudo distinguir no sólo lo que dice sino también el estilo de la letra, la cual le provocó un inesperado sentimientos de familiaridad.

¿Dónde he visto esta letra antes…?

Reflexionó unos minutos, incluso después de que haberse puesto cómoda en el sofá no pudo dejar de pensar sobre ello, pero no logró encontrarle una respuesta por mucho que lo intentara, parecía tener la mente en blanco sobre este punto  así que simplemente lo pospuso.

Ya lo recordaré, no hay necesidad de forzarme.

Paso el resto de día sin moverse en lo absoluto, no había muchas actividades recreativas para hacer dentro de la comodidad de su hogar y salir al exterior estaba fuera de sus planes en este preciso momento, de esta manera la noche cayó y no se podía ver nada fuera de las ventanas de la casa que no sea oscuridad, ni siquiera una silueta a la deriva de alguna bestia o una persona a medio comer era como si la oscuridad de la noche fuera una criatura viva en si misma.

Desde la llegada del Apocalipsis la electricidad estaba fuera de uso así que no había una sola luz artificial iluminando las calles, mientras que en el cielo no se podía apreciar ni una solitaria estrella era como si no existiera nada fuera de la casa, Marie cerro las cortinas por que mirar hacia afuera y solo poder contemplar la profunda oscuridad la inquietaba.

Y así, paso un día desde que la humanidad despertó, desde que Marie despertó, desde el inicio de una guerra entre bestias y humanos, y de humanos contra otros humanos.

Dentro de su casa podía aparentar que no había cambiado nada y que el mundo seguía su curso normal, que no había criaturas acechando en cada esquina con sus garras y dientes listos para desgarrar su carne y beber su sangre, criaturas que perdieron su forma original hasta transmutar en bestias que empujaron a la humanidad al último escalón de la cadena alimenticia

No deseaba salir, ningún ser humano en circunstancias normales y de una era relativamente pacífica lo desearía o incluso lo intentaría, al menos no mientras tenga el estómago lleno.

Y Marie no era la excepción, por mucho que tome la situación con calma, su lado más primitivo se resistía a ponerse a si misma en peligro, se negaba a abrir las cortinas, ni siquiera se acercaba más de dos metros de la puerta.

Quería negar de alguna manera la situación actual, sabía a consciencia lo que estaba sucediendo y sabía en su corazón que no podía huir para siempre, su razón le decía que debía hacer algo, su instinto que debía esconderse hasta que pase el peligro y... Otra parte de ella simplemente aceptó todo como si fuera normal.

Incapaz de procesar todo lo que estaba sucediendo, más la batalla campal que estaba ocurriendo en su cabeza con innumerables pensamientos chocando unos con otros, se quedo paralizada en el sofá por un prolongado período de tiempo y solo despertó cuando sintió hambre.

Entró en modo automático para buscar algo para llenar su estómago el cual no paraba de reclamarle con gruñidos, su boca produjo saliva con solo pensar en la comida que se encontraba en la nevera y como resultado se encontró con su nevera casi desierta exceptuando por una lata de duraznos, unas patas de pollo a medio comer y una botella de agua.

Debería ir al mercado más tarde... Oh, eso ya no es posible, es verdad.

Tomó reflexivamente una pata de pollo hervida y camino de nuevo al sofá mientras comía a bocados pequeños, esta pata de pollo debería durarle al menos 4 días de esta manera podría sobrevivir más tiempo sin tener que salir, la pata de pollo no estaba muy condimentada y por lo tanto era algo insípida al gusto.

Comió en silencio envuelta en la oscuridad intentando vaciar su mente de cualquier pensamiento innecesario y solo se centró en la deliciosa pata de pollo fría y hervida que tenía en sus manos.

A pesar de que recuerda haber tenido una cena caliente y abundante la noche anterior al Apocalipsis, mientras comía la insípida pata de pollo sentía que no había comido algo así de bueno en mucho tiempo y algo le decía que pasaría mucho tiempo hasta que vuelva a probar algo así.

Esta delicioso.

Cuando sintió que su estómago estaba relativamente satisfecho dejó la pata sobre le plato y la volvió a guardar, no podía permitirse el lujo de la gula ahora mismo.

Miro la ventana cubierta por la cortina y se concentró en la escasa luz solar que atravesaba la cortina, y por extraño que parezca, a simple vista podría ver que luz brillaba contra la cortina pero no entraba a la casa, miro hacia el suelo frente a la ventana donde se debería poder ver con más nitidez la luz del sol y no vio nada.

Era incómodo de ver, simplemente no encajaba con la realidad a la que acostumbraba, era como si la realidad se estuviera alejando de eso, de lo "real" y se convirtiera lentamente en algo más abstracto.

Desvío la mirada con incomodidad y simplemente miro la cortina sin prestar atención hacia donde debería estar dirigida la luz, se dijo a si misma que era un simple fenómeno natural, que no debería perder el tiempo pensando en ello.

El sol bajo con el pasar de las horas, la oscuridad la envolvió una vez más y el silencio se volvía cada vez más insoportable, su mente empezó a jugar en contra de ella desdibujando la oscuridad para convertirla en figuras con formas de personas pero sin llegar a serlo.

La figura era extraña e hipnótica, parecía ser la silueta de alguien alto y lo que debería ser su cabeza  era alargada, como si tomaran la cabeza de un ser humano y la empezarán a estirar, y estirar, y estirar hasta que todos sus rasgos faciales quedarán deformados y flojos.

A los pocos minutos las figuras fueron acompañadas con lo que parecían murmullos, luego los murmullos se convirtieron en el sonido de objetos metálicos golpeándose entre ellos, las figuras se retorcían en la oscuridad abriendo sus oscuras bocas y un pitido agudo lleno sus oídos, un grito silencioso acompañado de un profundo zumbido en sus oídos.

Los gritos se hacías más fuertes, las figuras gritaban, y gritaban, y gritaban cada vez más fuerte acompañadas de ese agudo pitido en sus oídos, su mirada se centró en el interior de la boca de una de las figuras, su mente lentamente empezó a sentirse lejana de si misma y absuelta de todo pensamiento racional.

Y podría jurar que vio una fila de dientes blancos aparecer en la vacía boca de la figura, tuvo la fuerte impresión de que la figura era consciente de ella, un agudo dolor en la cabeza la atacó cuando la figura frente a ella movió la boca robóticamente.

—Lµå¢ §ê lê ðvï†êjßð ê§ rï†råm ¿§ålvårlð§ ð ☊⍜⋏⎅⟒⋏⏃⍀⌰⍜ ⌇?

¡BANG!

Con un fuerte golpe estrelló su cabeza contra la mesa de vidrio frente a ella y respiro hondo, se repitió que lo que acaba de pasar no era más que una alucinaciones causada por el estrés, que no debería dejarse llevar.

Sintió algo húmedo caer desde su frente, probablemente sangre, pero no se movió para limpiarlo en cambio se levantó en dirección al comedor, se agachó hasta poder tocar la pequeña caja negra debajo de la mesa y no pretendió moverse otra vez.

No entienda nada de lo que estaba pasando recientemente y el hecho de que su estado mental pareciera haberse deteriorado no la ayudaba en absoluto, sintió escalofríos al recordar la voz, o lo que asumía que era, intento calamares recordando que se trataba de una simple alucinación y que lo que acababa de escuchar no tenía ni pies ni cabeza.

¿Que diablos esta sucediendo? ¿Que diablos sucede conmigo? Incluso si hay un puto apocalipsis afuera ¿por que...

Sacudió la cabeza intentando librarse de pensamientos absurdos, dio un suspiro profundo y se digno a intentar dormir en el suelo junto a la caja debajo de la mesa, sorpresa; no lo consiguió.

Y de esta manera, paso otro día desde el inicio del fin.

Y luego otro, y otro...