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Héroe de la ■■■■ |—| ¡Multi-Crossover!

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Synopsis
—Estoy cansado... no quiero perder a nadie más... Dije entre sollozos —Solo era alguien normal en un mundo normal, con una vida normal. Me lamente viendo el panorama a mi alrededor. —Por qué tuve que ser yo...? Desee morir, viendo aquella catástrofe que había causado.
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Chapter 1 - Piloto — "¿Dónde estoy?"

Pov: —¿?—

Mis delgadas piernas se movían- no, se arrastraban por aquel puente que estaba unificado frente a mi a través de un material blanco traslúcido.

Mis ojos deambulaban por los alrededores: una inmensa niebla de un color negro violáceo se hacía presente en todo el lugar que no sea el puente, en el cual su misma estructura emitía una tenue luz que me permitía no perderme en el camino.

Mis calmados pasos no se detenían a pesar de mi constante intento de frenar mi avanzar para poder averiguar el lugar en el cual me encontraba, simplemente seguían en un movimiento constante por todo el paramo desolado.

¿Por qué no podía detenerme? No lo sabía, era incapaz de controlar mi propio cuerpo, por más irreal que pareciera. Agudice mi visión tanto como fue posible, lo que me dejó apreciar una especie de cuadros flotantes que brillaban en un tenue dorado resaltado por su marco de, a lo que a simple vista parecía, estar hecho de oro.

Mis brazos –aun de manera inconsciente– se movieron hacia el cuadro que se encontraba más cercano a mi cuerpo.

En él podía apreciar a un chico viéndose al espejo. Su detallado y afilado rostro lo haría ver bastante atractivo incluso entre personas de su mismo sexo. Sus cortos cabellos negros de una textura lacia caían por los costados de su rostro, con dos mechones enmarcando el mismo con elegancia.

Sus ojos, de un color tan negro como un abismo sin fondo eran –o al menos daban la ilusión– profundos, tenían esa sensación de profundidad que mientras más lo miraras, más adentro de un abismo caerias.

Su tez era blanca, pero sin llegar a extremos para ser considerada pálida, era más un tono de blanco lechoso. 

Sin ningún aviso o razón aparente, todo a mi alrededor pareció deformarse de manera anti-natural. Mis ojos dolieron y todo se deformo cuando perdí la conciencia.

 XXX

Pov: —Gray Mizuhara—

Mi camino hacia las afueras de la ciudad se vio... ¿interrumpido? Creo que interrumpido podría ser la palabra más adecuada.

Frente a mi, una especie de "cartel" de dimensiones no tan grandes –las suficientes para poder ver el contenido del mismo a simple vista– se desplegó mágicamente.

Casi solté un chillido –de la emoción o el susto repentino– en ese momento. Sabía que significaba que un cartel de esas características apareciera así como así frente a alguien, sobre todo por los libros de antaño que he leído.

Este tipo de panel solo era otorgado a los héroes sagrados que serían los encargados de acabar con las Olas de la Calamidad y librar al mundo del tormentoso tormento que estas provocaban en el mundo mediante infinitas hordas de monstruos.

—¿Soy un Héroe?—

Pregunte a nadie más que al aire mismo. La duda rápidamente se vio opacada por la emoción que casi con la misma rapidez fue suplantada por la curiosidad sobre este sistema.

A mi mente llegó aquella descripción que el Héroe "Jhon Frame" había escrito en su libro: Camino del Héroe. 

"Él sistema tenía una interfaz bastante intuitiva para alguien que estaba familiarizado con juegos Rpg's, teniendo que activarlo mediante la voz."

"Dentro de este tiene bastantes apartados, el de mayor ayuda al comienzo de la travesia es la ventana Help, que nos ayudo a comprender varias cosas con las que no estábamos del todo familiarizados en este tipo de sistemas."

—H- Help!—

La emoción dentro de mi se colo entre mis palabras.

•¡Alerta!

[El sistema se encuentra en un estado de actualización para acoplarse a usted]

•¡Alerta!

[Actualización: 03%]

—E- eh?—

Mi sentimiento se vio opacado por la incertidumbre. ¿Qué significaba una "Actualización"? 

•¡Alerta!

[Debido a la falta de experiencia del Héroe, el "Letargo del Gamer" comenzará de forma forzosa]

•¡Alerta!

[Ejecutando "Letargo del Gamer" en 3...]

Eh?! Letargo del gamer?! Qué es eso!?

[2...]

No no no!

[1...]

—E- espera!—

[Ejecutando programa. Dulces sueños~]

Oh mierda...

 XXX

—El héroe falso finalmente fue elegido?—

—¿Donde esta?—

—¿¡Por qué justo ahora!?—

—No puedo encontrarlo!—

—Tendremos que escondernos?—

—Va a ocurrir otra vez—

—Silencio—

6 voces habían comenzado a murmurar sin descanso, cada una comenzado al instante en que otra terminaba su oración, o interrumpiendo en el acto de formular la misma.

Sin embargo, una 7ma voz resonó en el auditorio –o al menos eso parecía ser el lugar–. Un tono de voz tan grave como profundo emano de su garganta y lleno todo el lugar. Las primeras voces que habían pronunciado susurros se callaron inmediatamente.

Los ojos de la última estaban tensos pero eran pacientes. Sus ojos, de un color ámbar, estaban centrados en un pequeño orbe de color negro azabache situado encima de lo que parecia ser un altar.

La constitución de esta esfera parecía temblar cada pocos segundos para después deformarse en el espacio, generando un efecto de Glitch alrededor de ella.

—Qué vamos a hacer esta vez?— Cuestiono uno de los 6 primeros en hablar. Su tono de voz cauteloso y nervioso parecían ser la viva representación de sus emociones internas —La vez anterior apenas logramos deshacernos del Héroe "Falso". Esta vez nos será imposible!—

Su exclamación hizo que todos dentro de la sala se alteraran. Fue como una declaración que todos sabían de su certeza, más ninguno quería aceptar dicha realidad.

Los ojos de color ámbar se movieron de la esfera negra hacia el dueño de la declaración anteriormente mencionada. Luego habló.

—No haremos nada—

Sus palabras –que parecieron tener una intención hilarante–, lejos de calmar a la bulliciosa comunidad de encapuchados bajo el inmutable velo de oscuridad, solo avivaron la pequeña llama en el interior de los presentes.

—¡Pero es un Orbe Negro! !Nunca vimos algo como esto! ¡No es púrpura como el "Rey Reencarnado"! ¡Tampoco Blanco como el "Transmigrador en busca de la verdad"! ¡Por dios! ¡ni siquiera es rojo como el "Observador de luz y oscuridad"! ¡O siquiera gris como el "Elegido"! ¡Es negro! ¡Nunca vimos un orbe de color negro!—

Sus palabras, cargadas de miedo, ira, nerviosismo y pavor se vieron apoyadas por la multitud detrás de él, la cual estaba impactada y abucheando la decisión de quien parecia ser el Jefe de todos ellos.

—Es por eso mismo que no haremos nada— Sus palabras, nuevamente, no fueron bien recibidas por la enfurecida multitud —. Están dispuesto a desafiar la orden del Consejo?—

La mensión de la última palabra pareció ser el silenciador que inhabilitada el ruido del fogonazo de un arma de fuego, siendo el arma la multitud en esta ocasión.

La furia y el incontenible bullicio se vio apaciguado en menos de un segundo por el silencio, que rápidamente se vio opacado por innumerables "¡Lo sentimos!" provenientes de todos los devotos allí dentro.

—No lo olviden, ustedes, yo incluido, solamente somos los títeres del Consejo. Obedecemos cada orden dada por ellos al pie de la letra y sin objecion alguna. No ponemos excusas o deseos personales de por medio en una misión. Si ellos ordenan no interferir, nosotros no interferiremos—

Mientras su elocuencia se soltaba libremente entre sus palabras. Su cuerpo se levantó del pseudo-trono en el que estaba sentado y sus manos se elevaron a sus costados hasta la altura de sus hombros.

Su discurso surtió el efecto deseado por el hombre. Calmar las aguas dentro de aquel auditorio repleto de encapuchados, los cuales vitorearon en aclamación.

—¡Somos los "Buscadores del Fin"! ¡Pase lo que pase! ¡No pereceremos por alguien así! ¡Hemos sobrevivido a incluso alguien tan fuerte como el "Observador de Luz y Oscuridad"! ¡No caeremos tan fácilmente!—

Los aplausos no se hicieron esperar y la emoción se encendió como motas de pólvora desperdigadas al azar...

 XXX

—Agh...—

Mi cabeza dolio en cuando mi conciencia volvió a mi cuerpo, tanto que me vi obligado a llevar mi mano izquierda hacia mi sien, presionando la misma con leve fuerza y un ceño fruncido se abria paso en mi rostro.

Cuando finalmente pude abrir mis ojos debido a que el dolor había calmado un poco. Escanee el lugar y pude apreciar grandes edificios alzándose alrededor de mi cuerpo tirado.

Bueno, decir grandes era erróneo, eran estructuras de una altura aproximada de 7 metros, por lo que sería mejor describirlos como una casa de 2 pisos.

Ignorando este hecho, alce mi cuerpo usando una pared como punto de ayuda, sosteniendome con mis brazos temblorosos.

Camine hacia las afueras del callejón en donde me encontraba, justo hacia donde se oia un gran bullicio de gente transitar.

Mis pasos se veían un poco entorpecidos por el anterior desmayo del que acababa de despertar. Aún no recuerdo como fue termine en ese callejón o el porque de mi desmayo.

Arrastre mis pesados pies, más pesados que lo normal, y me hice uno con la multitud de personas que transitaban la concurrida calle bajo un vela de luz anaranjada que iluminaba el manto de oscuridad que se cernía en las noches.

Me quede maravillado por unos segundos, ¿Tokyo? Era una bella zona, ya la había visitado con anterioridad, pero, ¡¿en que momento llegue a Tokyo?!

Aunque, parecí aun Tokyo mucho más... ¿antiguo? Creo que la palabra más adecuada para describirlo seria feudal. 

Más que algún tipo de infortunio, o desagrado, el encontrarme con esta visión de Tokyo fue algo que despertó mi curiosidad. Sabía que habían varias zonas de interés en Tokyo que interpretaban un Tokyo antiguo, pero nunca fui a un lugar de estos como tal, por lo que la curiosidad rápidamente se convirtió en emoción y sorpresa.

Comencé a caminar entre las personas, abriéndome paso a través de ellas, pidiendo disculpas con un bajo "Lo siento" a aquellos transeúntes con los que chocaba accidentalmente. Aunque esti último tampoco era del todo mi culpa, puesto que la calle estaba repleta, R E P L E T A de gente.

En un punto de mi situación, comencé a escuchar gritos. He de mencionar para mi vergüenza que si me asuste gratamente, pero luego recapacite. Estábamos en una especie deambiente festivo, varios fuegos artificiales hacían su alarde de presencia sobrevolando los cielos y estallando en pequeñas motas de pólvora que se perdían en el aire.

Seguí moviéndome entre las personas disfrutando del bello festival. No tenía el dinero para comprar algún alimento, pero habían varios aperitivos como muestra que eran libres al público, así que tomé uno de ellos y seguí caminando.

¡Ploff!

Una gran capa de polvo y escombros volaron por encima de mi cabeza sin siquiera un mínimo aviso. Las albóndigas que se encontraban enterradas en un palito –3 exactamente– se despidieron de mi mano con el pálido en conjunto.

Apenas gire mi cabeza hacia atrás –donde había ocurrido el derrumbe– una cortina de polvo se cernio sobre todow nosotros. Mis cabellos revoloteaban por las repentinas ondas de aire y polvo que se desperdigados sobre mi.

Al mismo tiempo que cubría mi rostro –mis ojos más concretamente– con ambos brazos, intentaba abrir mis ojos para visualizar que es lo que había pasado.

Por alguna razón, no me vi empujado por la onda expansiva del derrumbamiento, pude soportarlo, con un poco de esfuerzo, pero lo hice. En cambio, las personas a mis lados se tambalearon violentamente hacia atrás, algunas incluso fueron empujadas y tuvieron que aferrarse a algo para evitar salie volando.

Cuando mi vista pudo abrirse camino a través del polvo que poco a poco se estaba dispersando por nuevas y poderosas ráfagas de aire.

Podía ver como 2 figuras luchaban incesantemente. Sus movimientos eran apenas borrones que mis lentos ojos no podían llegar a seguir con la suficiente claridad.

¿Una lucha entre bandas?

Tal vez podría ser eso, debía ser la razón más dactible en este momento un evento de ese calibre, pero, aquí? Mierda!

Me di la vuelta y comencé a alejarme de la ubicación donde estaba llevándose a cabo la confrontación. Lo más peligroso para mi ahora mismo sería quedarme aquí mismo, pudiendo quedar entre el fuego cruzado.

Mientras más me alejaba, más lejanos eran los ruidos de pelea, los cuales se oían como metales chocando y desgarrando la carne con violencia.

Una pequeña niña se había cruzado en mi camino. Me quedé absorto por un instante, mirándola, ahí sentada en el suelo. De sus ojitos cerrados caían lágrimas mientras sus pequeñas manitas sostenían con fuerza una mano mayor...

Cuando mi vista siguió aquella mano ensangrentada, la muñeca, ante brazo y codo... ¿luego? Tiras de carne caían libremente sobre un gran charco de sangre.

Tome a la niña en brazos mientras recitaba —Ya ya... todo estará bien, ya estoy aquí, no llores, si?— sin embargo, mis intentos de calmarla fueron inútiles.

Fue una vista macabra sinceramente, las ganas de vomitar inundaron mi todo mi sistema, pero me resistí a realizar dicha acción. En mis brazos, la niña seguía llorando gritando el nombre de su madre. Una de mis manos estaba en su cabeza, con el único fin de acariciarla –buscando calmarla– y desviar cualquier proyectil que pudiera llegar a impactarla.

Innumerables sonidos estridentes volvieron a inundar mi cabeza, al mismo tiempo que una punzada en mente me puso demasiado alerta.

—¡Sangre extraña!—

Esas palabras vinieron cargadas de júbilo y locura. Sin mentir, me aterro el tintineo divertido pero psicópata que caracterizó a esa voz. No sabía ni quien era, pero sabía que sería peligroso encontrármelo ahora mismo.

Había corrido tanto que, en algún punto, me adentre en un bosque de grande y altos pinos. Todavía podía escuchar aquella risa que me perseguía desde la ciudad. Era escalofriante.

La niña había parado de llorar por suerte, pero los temblores en su cuerpo y el hipo que tenía eran un claro indicio de que seguía despierta.

Sus ojitos, de un color marrón oscuro, me miraban con inquietud, estaban rojos de tanto llorar.

—Oye, no me pongas esos ojos. Esta todo bien, si?—

Le di un brillante sonrisa, o al menos esa fue mi intención, pero la situación actual no me dejaba pensar con claridad, teniendo en mi mente la única idea de correr. Correr y no parar.

Sin embargo, tener este único plan sería completamente contra producente. Mi resistencia no era infinita, es más, ya estaba cansado, bastante, pero no lo suficiente para disminuir mi velocidad.

Pongámonos a repasar mi situación, un puto psicópata me esta siguiendo con, muy probablemente, ganas de matarme a mi y a esta niña. Si tuviera un arma, habría disparado desde el comienzo en el momento que me vio, pero no lo hizo, entonces no tiene arma.

O simplemente le gusta jugar al juego del gato y el ratón, por lo que tal vez si tenía un arma. En ese caso, una confrontación frontal sería una muerte segura. Sin contar que tengo tengo esta niña en brazos.

Podría dejar a la niña escondida y tratar de correr yo solo, así podría ser más rápido y perderlo. Descarte esa idea tan rápido como había surgido. Quien sabría lo que podría llegar a pasarle, y desde que la yome en brazos se convirtió en mi responsabilidad el protegerla.

Podía sentir el como gotas de sudor se forman en mi frente para descender por los lados de mi rostro y finalmente desprenderse del mismo en la punta de mi barbilla.

Mis ojos se abrieron no solo en sorpresa, sino también en esperanza cuando pude ver una silueta frente a mi.

—Oye! ¡Necesito ayuda por favor!—

Estaba lo suficientemente cerca para que oyera, estaba seguro de eso. Pero por alguna razón, no hubo ni la más mínima reacción por su parte.

—¡¡Oe!!—

La desesperación se comenzó a colar entre mis palabras y mi expresión se distorsiono. ¿Y si era compañero del tipo que me seguía? Sería desastrosamente desafortunado de ser ese el caso.

Pero... no sé si lo que vi podría ser mejor o peor que dicho escena que acababa de plantearme.

Su torso estaba apoyado en contra del tronco de un árbol, levantado por encima del suelo levemente. Sus ojos estaban abierto, pero su rostro estaba caído. Su piel de un color pálido enfermizo se encontraba manchada por las rojas manchas de sangre.

Llevaba puesto una especie de uniforme negro. Cuando me centre con mayor claridad en su pecho, pude darme cuenta de la razón de su levitamiento.

Una katana de mango negro, con un guardamanos del mismo color y una hoja de un color gris metálico se hayaba incrustada en el centro de su pecho, la razón de su levitamiento era eso.

—¡Jajajajajajaja! ¡Ya puedo saborearte!—

Ni siquiera pude distinguir el significado en su última palabra, no quise entenderlo y tampoco tenía tiempo para hacerlo. Corrí hacia el cadáver yacente en el árbol, y pronunciando un débil "Lo siento" tomé el mango de la katana con mi mano libre y la retire.

El cuerpo del joven, unos veinti tantos seguramente, cayó despavorido sobre el suelo de tierra y pasto. Inmediatamente baje a la niña del único brazo con el que ahora la sostenía. 

Pude sentir como estaba reacia a soltarme, por lo que sólo pude decir: —Tranquila. Quédate aquí y espérame, si?— pude apreciar un hueco en el árbol luego de decir aquellas palabras. Mis ojos se iluminaron levemente mientras levantaba a la niña tanto la por sus axilas.

—Te dejare aquí y volveré en unos minutos, si? Quédate calladita y no hagas ruido— 

Aprecie como sus ojitos comenzaban a humedecerse, con pequeñas lágrimas comenzando a formarse en la comisura de sus ojos. Pero aún así asintió levemente.

Le dedique una sonrisa tranquila antes de darme la vuelta y alejarme con calma. Sabía que el estar nervioso y/o agitado solamente sería una retención de mis destrezas... que ya de por sí eran bajas, por no decir inexistentes.

El dueño de aquellas risas y palabras que me habían atormentado durante toda la huida finalmente era completamente visible para mis ojos.

Cabellos de un color verde tóxico que caían por los lados de su rostro desordenadamente por el aire que golpeo su rostro por la anterior persecución.

Su piel, de un tono pálido enfermizo daba asco con solo verla. Sus ropas eran un pantalón largo y nada más, su tren superior se encontraba al descubierto sin nada que tapara sus músculos a semi marcados.

Ojos de un color tan rojo y vivido como los de un cazador adornaban sus cuencas oculares, y escritos en sus iris llevaba unos cuantos garabatos que me eran ilegibles desde esta distancia.

—Eres un tipo de sangre muy rara JAJAJAJAJAJAJAJA—

Su risa fue tan gutural e inentendible que fácilmente podría haber roto sus cuerdas vocales.

—No hagas esa expresión. ¡te mataré rápido! Soy un demonio misericordioso jeje—

Matarme...? Si, definitivamente estaba en riesgo de muerte inmediato. Sin embargo, fue su ultima línea la que me exaltó.

—¿Demonio?—

—¡Claro! Acaso no lo notaste por mis ojos?— su voz parecía estar llena de emoción al mismo tiempo que de ira y fastidio —¡Soy la ex 6ta luna inferior!—

Extendió sus brazos hacia sus costados euforicamente como si fuera un niño sorprendido por un regalo nuevo que iba a abrazar a sus padres.

Tal vez noto la incertidumbre en mis ojos, puesto que agrego a sus anteriores palabras: —Tch. Eres alguien normal, así ni siquiera debes saber de nuestra existencia. Bueno, que más da. De todas formas vas a morir—

Seguido de aquellas palabras se abalanzó hacia mi. Apenas pude seguirlo con la vista cuando en lo que parecio un parpadeo ya tenía su brazo levantado moviéndose con dirección hacia mi rostro.

Me agache casi por instinto cuando aquel brazo paso rozando mis cabellos negros. Balancee la hoja de la katana hacia sus pies. Si el buscaba matarme, yo buscaría lo mismo para él. 

Había algo que me había llamado mi atención desde que tomé esta Katana. Mi agarre gue firme y sin fallos, no me sentí incómodo al sostenerla a pesar de nunca haber tomado o sostenido un arma de este tipo en mi vida. 

Barrí la Katana por sus pies, fue un movimiento tan limpio y perfecto que incluso yo me sorprendí por la elegancia y la suavidad del corte. Su pie izquierdo fue cercenado desde el tobillo.

Inmediatamente despegó hacia atrás con el único pie que le quedaba intacto.

—Oh? Eres bastante bueno con la katana. Eres un antiguo cazador?!—

A pesar de la falta de un pie, la euforia seguía impregnando su voz al mismo tiempo que su cuerpo, el cual temblaba, no de miedo, sino de emoción.

—No sé a qué te refieres con cazador, pero solo soy alguien normal—

Me preguntaba como es que podía seguir así de eufórico a pesar de la falta de un pie, pero rápidamente note la estabilidad que su cuerpo tenía, por lo que volví mi rostro hacia el pie que había cercenado.

—!!!—

Las gotas de sudor comenzaron a caer por mi rostro cuando mis ojos visualizaron el como de su tobillo cortado comenzaba a crecer lentamente un nuevo miembro. Me aterre.

—Debes estar sorprendido! ¡pero nunca podrás matarme cortando los miembros de mi cuerpo! ¡se regenerarse una y otra y otra vez!—

Cuando sus palabras culminaron, su pie ya había crecido nuevamente y su cuerpo había vuelto a lanzarce sobre mi nuevamente.

Repitió el mismo movimiento que había realizado con anterioridad, pero esta vez, en lugar de agacharme, balancee la hoja semi curvada de mi Katana hacia su puño.

La sangre salpicó mi rostro cuando su brazo se vio partido por la mitad, desde su puño hasta el codo habían sido separado en 2 partes.

Esto no pareció más que una astilla en el dedo, puesto que la sonrisa en su rostro no despareció ni siquiera por el dolor resultante de la herida.

Balancee la hoja gris para una vez más y la batí por el aire hacia su cuello, fue un simple corte superficial.

La expresión en su rostro se contorsiono en la clara faceta de miedo en ese instante, se alejo casi 4 metros de mi mientras se cubría el corte que estaba regenerandose poco a poco.

—Oh...?—

Pude sentir como una sonrisa comenzaba a formarse en mi rostro poco a poco. Del único corte que escapo y no se dejó cortar fue el del cuello.

—El cuello es tu punto débil, no es así?—

De su rostro gotas comenzaron a formarse. —En serio piensas eso?!— sin duda alguna, sus palabras venían con la única intención de engañarme —Lamento decirte que estas equivocado— sin embargo, su fachada se vio perjudicada por el constante temblor en toda su expresión corporal.

Sabía cómo debía de proseguir a continuación: cortar su cuello de cualquier forma que pudiera hacerlo.

—Ahora que se donde tengo que cortar es más fácil!— 

Dije con un tintineo feliz en mis palabras mientras mis párpados se cerraban en inocencia. 

Su rostro pareció contorsionarse en una mezcla de ira y miedo —Bastardo! Te voy a matar!— Su voz, cubierta de odio hasta la médula salió como un grito desgarrador desde el interior de su garganta.

De sus antebrazos emergieron na seguidilla de 3 cuchillas una más larga que la otra. Me sorprendí, pero no de sobremanera como cuando presencié su regeneración. Volvió a abalanzarse sobre mi cuerpo nuevamente, acercándose con un corte en forma de pinzas con ambos brazos.

La katana en mis manos se deslizó rápidamente por el aire y desvío el ataque por encima de nuestras cabezas y un choque metálico se hizo presente en el campo.

Metal de verdad.

Me di cuenta rápidamente cuando las chispas de la colisión escaparon de nuestro choque. Lance un rápido golpe con mi rodilla derecha hacia su estómago, mas al momento del impacto me dolió la rodilla.

—Tch—

Chasquee la lengua y despegue hacia atrás alejándome del rango de ataque de sus cuchillas, pero no tuve tiempo de recomponerme cuando tuve que volver a desviar un nuevo golpe.

Las chispas del metal chocando con metal estallaron en todo nuestro alrededor. Múltiples intercambios se dieron entre nuestras armas. El lanzamfo múltiples cortes y yo desviandolos mientras trataba de acertar cortes a su cuello.

Mis ojos se iluminaron cuando quedo totalmente abierto a un ataque de mi parte por un atontamiento que lo invadió en el momento en que mi sangre salpicó por un impacto suyo. Deslice la katana en un tajo de media luna ascendente y sus brazos salieron disparados por los aires manchando de sangre mi cabello.

Trato de alejarse con un salto, pero rápidamente barrí la katana por debajo de sus pies y un corte desgarro ambas extremidades rasgando la piel, músculos y partiendo el hueso.

Justo allí, cuando mi katana volvía a danzar por el aire con una única dirección: su cuello, pude ver en sus ojos el terror que le provocaba la muerte venidera, me sentí mal en ese momento, ¿y si no lo mataba...?

Mi katana separo su cuello del torso con un corte limpio. El trato de matarme y no tuvo piedad alguna, sin contar que había una niña escondida en uno de estos árboles que corría el riesgo de morir también.

Su cuerpo se disolvió en pequeñas partículas que se perdieron con la brisa de viento que inundó el bosque. Las hojas y ramas se movieron tenuemente y mis cabellos revolotearon al son de la calida melodía ambiental.

Solté un suspiro y me decidí decidí volver al árbol donde había dejado a la niña. Por los constantes intercambios nos habíamos alejado en gran medida del árbol. No sabía si eso era bueno o no.

El sonido de mis zapatillas al impactar con el suelo se veía amortiguado por los cortos pastos de césped manchados por la sangre del "demonio".

—Oye, ya volví— 

Le otorgue una sonrisa tranquila y relajada a la niña que se encontraba dentro del árbol. La tomé por debajo de sus axilas con mis manos y la levante hacia arriba.

De sus ojos caían leves lagrimitas, pero ya estaban calmandose mientras una sonrisa de labios se formaba en su rostro.

—!!!—

Me gire violentamente mientras realizaba un corte horizontal hacia el aire por puro instinto. Sentí la punzada que había sentido durante todo el combate con el demonio, por lo que algo de ese calibre debía de ser.

Algo se interpuso entre la trayectoria de mi katana, pero fue rápidamente divido en 2 y la hoja continuo con su recorrida.

La piel de un color verde podrido me hizo saber casi de inmediato lo que debía de hacer. Maniobra la katana entre mis dedos y cambie mi agarre sobre su empuñadura y la oscile nuevamente. El cuello fue separado del torso.

La sangre salpicó el aire y cubrí a la niña contra mi cuerpo rápidamente, hundiendo su rostro en mi pecho con la única mano con la que podía sostenerla.

Un hormigueo que rápidamente se convirtió en un gran dolor de cabeza se presentó en mi cráneo. Volví a mirar a todos mis alrededores con una rapidez que fácilmente podría haberme roto el cuello.

Distintos ojos de tonalidades brillosas se resaltaron entre la oscuridad de los árboles y arbustos. Las gotas de sudor comenzaron a resbalar de mi sien cuando la niña en mis brazos comenzó a sollozar y sujetarse de mis prendas con fuerza.

No tengo oportunidad

Los nervios se apoderaron de mi en un instante. No sabía que hacer, correr, luchar, huir, gritar, no lo sabía!

Mire a la niña temblorosa en mis brazos, de sus ojos cristalinos caían pequeñas gotas de largas que se derramaban en mi camisa y la humedecian. 

Inmediatamente supe lo que tendría que hacer a continuación: Luchar.

—Quiero que corras, corras y no mires atrás, me oyes?— Hable con un tono decidido y firme hacia ella, quien giro su rostro para mirarme mientras movía rápidamente su cabeza en negación al mismo tiempo que sus manitas arrugaban mi ropa con su agarre —. Escúchame, no puedo protegernos a los 2 con tantas personas. Por eso tu debes escapar, lo entiendes? Por favor!—

La desesperación se acumulo en mi rostro mientras le decía aquellas palabras a la niña. No pude sentir pena, me obligue a no sentir pena por ella en este momento. Sería mucho más seguro que escapara y yo me quedara aquí.

La baje, y ella comenzó a correr lejos de mi, llorando y gritando por ayuda, pero alejándose al fin y al cabo.

Aquel demonio había dicho algo sobre mi sangre, que era extraña. A parte que se había atontado al momento de que mi sangre salió de mi cuerpo.

Mire mi mano, la palma de la misma específicamente. Podía sentir incontables miradas desde la lejanía, no podría escapar de ellas, eran demasiadas y desde todas las direcciones como para esconderme o escabullirme.

Sin pensar de más, corte la palma de mi mano libre y la hice revolotear por los aires, para que la sangre se esparcieron por el mismo. Dolio, bastante, pero no fue insoportable.

Por alguna razón, dolio mucho más ahora que el corte que el demonio me había hecho. Supongo que el saber que me haría daño incremento mi percepción del mismo.

Pude sentir las ondulaciones en el aire cuando un ataque llegó desde mi espalda. No era idiota, desde que podía esquivar aquellos ataques del demonio anterior –La ex-6ta luna inferior, me recordé– sabía que mis capacidades estaban aumentadas de manera significativa.

Gire rápidamente sobre mis talones mientras cortaba el aire horizontalmente con el filo de la katana en mis manos. Un torrente de sangre mancho el aire y un miembro salió disparado por los aires.

Al primer momento en el que pude visualizar la tenue figura cubierta por las sombras del anochecer, deslice mi katana y su cabeza fue separada de su torso.

No tuve siquiera tiempo para respirar cuando me vi en la obligación de agacharme en cuclillas para evitar una potente patada que podría haberme volado la cabeza.

Antes de lanzar un corte para desmembrar la pierna, mis sentidos de alerta se dispararon y tuve que desplazarme rodando mi cuerpo por el suelo.

Mientras rodaba lance un corte horizontal y algo frente a mi cortado por la mitad. No tuve tiempo de ver que fue lo que corte, solamente lo corte.

Salte hacia atrás pero un golpe en mi espalda me hizo volar hacia el frente y justo antes de impactar con un árbol fui interceptado por una patada en el abdomen que me redirecciono hacia otro extremo.

La sangre se escapo entre mis dientes y mancho el césped debajo mío antes de que mi cuerpo se estrellara contra el suelo.

Me sentí aturtido por un momento y la katana casi se me escapo de los dedos. La sujete con fuerza en el último instante y de un salto me levante.

Dolía, mi cuerpo dolía mucho. Me sentía abrumado por la cantidad de números que me rodeaban desde todas las direcciones. 

Balanceé mi katana y la sangre me salpicó el rostro. La volví a balancear y mi prenda superior se vio cubierta por el rojo líquido de la muerte. Esquive y nuevamente la balanceé. 

Poco a poco los números enemigos me iban abrumado. Decenas de golpes que me obligaban a maniobrar mi cuerpo de manera que podría haberme dislocado varias articulaciones hace tiempo.

Golpes venían de todos lados, me impactaban con violencia en todo el cuerpo que de no ser por mi anormalmente elevada resistencia, mis huesos hubieran cedido a la ruptura hace tiempo.

—Argh...!!!—

Una patada impacto en mi espalda superior y mi katana se desprendio de entre mis dedos.

Cerre mis párpados por el dolor y sentí que otro golpe se acercaba con violencia hacia mi rostro.

Cubrí mi cara con ambos brazos y sentí como múltiples golpes colisionaban en mis ante brazos y patadas que iban dirigidas hacia mi abdomen.

Mis párpados pesaban y querían cubrir mis ojos. No me deje hacerlo. Sabía que ese simple hecho podría ponerme en jaque contra ellos, y no podía permitirme eso.

Tenía que volver a casa, tenía que hacerlo, tenía que volver con ma... con mamá.

Me quede desconcertado... quien era madre...? No podía recordarlo con claridad, solo un bello cabello negro y largo que le llegaba hasta su espalda baja, pero nada más a parte de ello.

¡Crack!

Mis pupilas se contrajeron y tuve que ahogar un gemido de dolor cuando sentí como los huesos de mis ante brazos comenzaban a fisurarse esquirla por esquirla.

A mis oídos llego un tenue zumbido que rasgo el aire con violencia y la sangre se esparció por encima de mi cuerpo y el césped circulante.

Otro zumbido y puedo jurar que por encima de todos nosotros –yo y los demonios– un campo floral hizo su acto de presencia. 

Era hermoso, orquídeas, tulipanes, rosas, etc. Todo tipo de flores bellas que pudieras imaginarte estaban sobre nosotros.

Kahuiiiick!

Luego de eso, la cabeza de todos los demonios que se encontraban arremetiendo en contra de mi cuerpo fueron cercenadas en un abrir y cerrar de ojos.

Me sentí abrumado por el repentino festival de sangre que se esparció por el aire. El líquido de la vida de colores rojizos mancho el espacio con magnificencia y se desplazaba con elegancia sobre el mismo.

Una hermosa mujer danzaba entre toda esa lluvia de sangre y se acercaba a mi con pasos rápidos pero elegantes y precisos.

Por alguna razón, me sentí tranquilo, sentía que podía dejar mi cuerpo en sus manos y finalmente descansar de esta situación que me había sobrecargado.

—Oye! Estas bien?!—

Pero no me deje hacerlo.

Ella llego a lado mío y me agarro entre sus brazos. Paso uno de mis brazos por detrás de su cuello, usando su propio cuerpo como apoyo para que yo pudiera mantenerme en pie.

—Hay- hay una niña cof cof!—

Mi voz salio más como un débil susurro que se vio silenciado por el ataque de tos que me inundó toda la garganta.

—Una niña? ¡¿Donde esta?!—

Sin embargo, ella entendió mis palabras al pie de la letra y cuestiono la ubicación de la misma.

—La- la mande hacia a- allí—

Levante mi brazo, temblando por las contusiones que habían causado los constantes golpe, hacia donde había mandado a la niña.

—Está bien... te dejare aquí— Dejo que mi espalda se recostara sobre el tronco de un árbol y luego me soltó con cuidado —. Mi hermana vendrá y te atenderá en unos minutos. Mantente despierto por favor. No mueras—

Luego de esas palabras, ella salió disparada en un borrón de velocidad hacía el lugar al cual había señalado anteriormente.

Yo me quedé allí, respirando con pesadez y dificultad. A penas podía mover mis extremidades con naturalidad. Si algún demonio hiciera acto de presencia ahora mismo, no podria defenderme, no luego se haber perdido el enfoque del fulgor de la batalla de hace unos instantes.

—Holaaa~ Soy Shinobu! La curandera— Su alegre presentación me dejó perdido por unos momentos. Que estuviera tan alegre en una situación como esta era... raro —. Ya puedes descansar, me encargaré de tus heridas y te llevare a la finca para que puedas ser atendido con mejores instrumentos— 

Luego de decir eso, se tomo el tiempo para ponerme sobre su espalda con cuidado de no agravar mis heridas más de lo que ya lo estaban. 

Antes de emprenderá el viaje hacia donde sea que vayamos, ella agregó Luego de ponerme sobre su espalda casi en un debil susurro —Oh... eres bastante liviano— para luego soltar una sonrisa de labios que denotaba felicidad.

Ignore esto y solo deje que el abrazo de Morfeo me engullera con tranquilidad, dejando mi cuerpo y bienestar a manos de estos... cazadores de demonios supongo, no se que sean con exactitud y tampoco quería averiguarlo. En estos momentos solo quería... descansar.

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Holaaaaaaaaaaa—

Aquí el autor de este... ¿libro? Podríamos llamarlo libro o Pseudo novela.

Como bien lo deje expresado y a plena vista en el titulo de la historia, este relato tratara sobre un "Multi-Crossover" entre distintos animes. Pero ojo, no es uno normal como de costumbre.

Me encantaría que, si pudieran y tuvieran el gesto de hacerlo, votarán y comentaran.

¿Qué tipos de comentarios? Cualquier tipo, desde teorías hasta simples fallos de ortografía. Se los agradeceria muchísimo.

Con esto termina mi aporte. Por cierto! La apariencia de Gray, el OC, es la que aparece antes de empezar mis palabras jeje

Pueden cambiarsela si gustan, pero yo utilizare esa para tener una idea base de como describirlo dentro de la historia.

Que tengan lindo día, tarde o noche, y nos vemos en el próximo capituloOooOoo~