-Érase una vez un rey, un monarca de un reino un tanto peculiar, pues se trataba del gobernante de la tierras demoníacas, el cual estaba en guerra con los otros reinos, pero este rey estaba demasiado triste...-
-¿y porque estaba triste el rey mamá?-
Pregunto el hijo arropado en su cama atento a la historia que contaba su madre.
-Estaba triste porque a este rey le encantaba pelear, pero últimamente nadie podía pelear como el quería o la gente le tenía mucho tiempo para poder pelar con el; pero un día mientras el rey estaba sentado en su trono reflexionando sobre su poder un Dios se le presento y propuso un trato...
El trato era simple: ...consistía que el soberano hiciera una tregua con los otros reinos, que se escondieran y que vivieran en las sombras, y un día, cuando los demonios rompan su tregua, llegará un guerrero, uno capaz de poder hacerle frente y darle una batalla digna al rey... Y desde ese día, se hizo una tregua, y tanto los demonios como los otros reinos de seres mágicos se escondieron y hasta el día de hoy, el fuerte soberano sigue en su trono, a la espera de su contrincante llegará algún día... fin.-
-mama, cuentame la historia de nuevo porfis.-
-Blyke, está es la tercera vez que la cuento.-
Dijo la madre mientras cerraba el antiguo libro de cuentos de hadas que tenía entre sus manos.
-pero quiero escucharla denuevo.-
Respondió el hijo haciendo un puchero algo desilucionado
-es hora de dormir, ¿y sabes que pasa cuando un niño no se va a dormir?
El demonio entrara a tu cuarto y te llevará para comerte, así que si no quieres que el demonio te lleve a su guarida, te irás a dormir, ¿De acuerdo?-
El niño aunque un poco decepcionado, acepto ir a descansar pero en ese momento una pregunta paso por su mente:
-mama, ¿Algún día volverán los demonios? -
-tal vez hijo, puede que algún día vuelvan, pero estoy segura de que cuando eso pase serás los suficientemente fuerte para poder pelear contra ellos-
Respondió la madre en el marco de la puerta estando lista para apagar la luz y dejar a su pequeño descansar
-sere el más fuerte solo para protegerte mamá, lo juro-
-Te creo, pero ahora es hora de descansar, así que dulce sueños Blyke-
La madre apago las luces y miro por última vez de reojo antes de cerrar por completo la puerta y la habitación quedará en completa oscuridad.
Poder... ¿Que es el poder?. ¿Es una simple herramienta que te ayuda a proteger a los demás y cumplir tus sueños?. ¿O es una maldicion que hace que todos te tengan miedo y no quieran acercarse por miedo a que los lastimes?
Cuando era niño soñaba tener poderes para poder convertirme en un superhéroe, para poder volar, luchar contra el mal, darle su merecido a el que iba a ser mi nemesis, también para salvar a la damicela en apuros; pero, Si en ese momento hubiera sabido que tipo de poder tenía, hubiera hecho hasta lo imposible para no obtener esa maldición que me quitarían hasta mi propia humanidad.
Mi nombre es Blyke y les relataré mi historia hasta ahora, empezemos cuando tenía 16 años, un poco antes de que toda la sociedad sucumbiera.
-Londres-Reino Unido.-Julio 9 20??-
-Ollé Blyke ya es hora de irnos, vamos a llegar tarde a clases-
Ella es Aisha y se puede decir que es una de los pocos amigos que he tenido, la conozco desde que éramos niños y siempre tuvimos la maldición de quedar en el misma aula todos los años, así que no nos quedó de otra que volvernos amigos.
-Si.. si.. si, ya voy Ai, solo déjame empacar mi almuerzo y ya salgo-
Vivia en un tercer piso de un apartamento con mi madre, pero en ese momento Aisha estaba llamando a mi teléfono celular para que acelerará el paso.
Nunca supe quién era mi padre y cuando le preguntaba acerca de el siempre me contaba unas historias cortas de como se conocieron, y también como la abandonó cuando supo que estaba embarazada de mi.
-esto va a mi mochila... y listo, okey Ai, ya voy para allá-
Colgué la llamada y salí de mi apartamento bajando las escaleras como si tuviera el poder de la supervelocidad, y cuando abrí la puerta al exterior, mis ojos se adaptarián a la luz del exterior... y ella estaba ahí, una chica de estatura mediana, cabello rubio y lacio, ojos color avellana y una sonrisa que podía derretir hasta el corazón más frío, ella era Aisha, mi mejor amiga y casi hermana.
El día era como caulquier otro en Londres, había un sol tranquilo las calles principales estaban rebosando de autos en medio de un embotellamiento y la gente caminaba cada una ocupadas en sus propios asuntos sin ponerle mucha atención a lo que los rodeaban.
Y luego de un rato caminando hacia el metro para luego tomarlo y que nos dejara en nuestra parada, habíamos llegado a nuestra preparatoria.
En la preparatoria no era el más inteligente ni el más popular, no me gustaba destacar ni creerme el más importante de todos, solo quería, terminar rápido todos lo ciclos para poder graduarme.
Bueno, si es cierto que quería graduarme lo antes posible, pero aun así decidí tener un par de amigos aparte de Aisha para poder distraerme en esos días malos o pasarnos las tareas o los exámenes en clase... Posdata: nunca pudimos copiarnos el examen...
También, cómo en toda historia de adolescente que quiere ir a la universidad y graduarse, estaba el bullying de paso, Dimitri Volkov, el clásico chico musculoso con un desorden de testosterona en su organismo, e hijo de un empresario ruso, lo más inteligente y menos suicida es no meternos con el y seguirle el juego, porque ya hubo un caso donde el chico que intento defenderse, aparte de que resultó severamente golpeado por parte de Dimitri, su familia le ocurrieron varias desgracias que aún "no se sabe su origen" o "porque ocurrieron".
Y ahí estaba Dimitri, amenazando a un nerd para que le pasase la tarea de física, pero que era muy probable que no la había hecho.
Aisha y yo al ver la escena intentamos pasar de largo, pero cuando casi alcanzamos nuestro objetivo, Dimitri, con una voz un poco amenazante me llamo por mi nombre.
-Blyke, espero que me tengas listas las respuestas de la prueba de historia para el almuerzo ¿Deacuerdo?-
Yo solo me límite a asentir mientras que intentaba alejarme poco a poco y tome la oportunidad de escaparme cuando Dimitri volvió a dirijir su atención en el pobre nerd.
-estuvo demasiado cerca, pensé que me diría que le ayudará dando vigilancia afuera de los baños-
Exclamé, ya que era normal que Dimitri me pidiera esos "favores" que consistian en hacer vigilancia afuera de los baños de los hombres y avisar si venía un profesor o alguien por el estilo mientras ellos se divertían adentro, a cambio, el trato conmigo y con Aisha era un poco más especial que el resto.
-vamos Blyke, porque sigues ayudando a ese bullying, un día de estos vas a terminar en serios problemas por culpa de ese saco de hormonas-
Dijo Aisha, la cual se cruzó de brazos y daba un leve suspiro a mitad de la frase para luego voltearme a ver mientras que seguíamos caminado hacia el aula.
-lo hago por los dos, no quiero que no las pase molestando tanto como a los demás y tampoco es que me pueda oponer, sabes de lo que es capaz el y su padre, no quiero que mi madre pierda su trabajo, ¿sabes que? Mejor vamos a hacer lo que nos pidió y quién sabe, talvez no nos moleste por el resto del día-
La mañana de ese día fue casi como el resto de veces en nuestra monótona vida hasta ese día, almorzamos en la cafetería de la escuela, la comida como de ese lugar era algo mediocre, por eso yo traía mi propio almuerzo, pero cuando íbamos devuelta a clases, el entorno se sentía raro...
Al inicio se sentía una especie de energía estatica en el aire, y poco a poco esa energía aumentaba, y aumentaba... Hasta que en un punto... Todo el suelo empezó a temblar, los casilleros se abrían violentamente, algunos espejos se quebraban y otros estaballan, era un caos completo.
-¿Que está pasando?... ¿estás bien Blyke?... ¡¡¡¿¿Blyke??!!!...-
Me yacia tirado en el suelo, retorciéndome por la inmensa energía que empezaba a recorrer mi cuerpo, algunos solo se mareaban; otros ni cuenta se dieron, pero ahí estaba yo, dando vueltas en el suelo, mientras que poco a poco un mechón de mi pelo el cual era castaño, se estaba volviendo poco a poco más blanco hasta la raíz.
Para algunos solo fueron un par de minutos lo que duro el estallido de lo que en un futuro se iba a conocer como poder mágico; pero para mí, fueron como un par horas, horas de una gran tortura que tuvo que sufrir mi cuerpo para que se adpatar a la gran cantidad de poder mágico.
Luego de ese pequeño contratiempo, todo la ciudad había quedado en completo silencio; Aisha me había ayudado a poder levantarme, y mientras que intentaba recuperar el aliento, y Ai contemplaba mi nuevo look... observé que una estudiante de un grado inferior estaba mirando hacia la ventana, desvíe mi miraba, para no pensar mucho en lo que había acabado de pensar... pero un sonido bastante fuerte seguido de un grito proveniente de la chica de la ventana luego de que se tropezara al intentar dar marcha atras hizo que volviera a centrar mi atención en ella.
Rápidamente se generó una pequeña multitud alrededor de la ventana, todos se preguntaron que había sucedido ¿porque se había escuchado ese sonido? ¿Porque la chica había gritado? La chica solo respondió unas cuantas palabras mientras que aún seguía en el suelo.
-h... Ha... Hay un mounstro feo en la ventana-
Hablo la chica con una voz temblorosa, era obvio que tenía miedo y que probablemente no había visto una cosa así en su vida, por obvias razones, toda la multitud se aglomeraron en las ventanas, y eso fue lo peor que pudo haber pasado...
Al inicio no se podía ver nada cerca de las ventanas, pero a la lejanía se podía ver cómo la ciudad se estaba empezando a sumergir en un gran caos; todos, por un segundo, se concentraron en el caos que se estaba formando afuera hasta que se escuchó como se rompía una ventana y los cristales volaron.
Ese pequeño mounstro se había colado por la ventana, tenía un casi parecido a un goblin: era pequeño, aunque su piel no era verde, en vez era como rojiza; pero lo de que si estaba seguro, era de que carecía de intelecto y parecía que lo único que sabía era pelear, ya que inmediatamente se lanzó al ataque contra los estudiantes que habían presente, y al parecer ya había matado a uno de los estudiante de la acumulación.
Era obvia la acción que todos íbamos a hacer, está en nuestros instintos más primitivos; sin pensalo dos veces tome a Ai de la mano y corrimos hacia la salida de la preparatoria, pero para cuando logramos nuestro cometido... No estábamos listos para lo que ibamos a contemplar.
Todo... todo era un caos, no solo habían de esos pequeños goblins atacando a la gente, también había algo parecido a demonios dándoles órdenes a los más pequeños, se podía ver la muerte y la destrucción que arrasaba con todo a su paso.
Con algo de dificultad pudimos llegar a King's road, todo estaba desolado, corrimos atravez de la calle intentando llegar al trabajo de mi madre, cuando ya habíamos conseguido llegar a un poco más de la mitad, pero en ese tramo, escuchamos un sonido carnoso justo adelante nuestro, y por alguna razón que desconocía hasta ese momento, era que podía sentir la prencecia de Aisha y de lo que fuera que había más adelante.
Intentamos ocultarnos atrás de una pared y asome mi cabeza para poder ver el causante de ese sonido...
- oh demonios -
La escena fue muy fuerte para la primera vez que veria de primera plana como una persona era devorada por un animal, al parecer se trataba de un policía que terminó resultando en el platillo principal de aquel pequeño engendro de color rojo, el cual al había escuchado mis palabras y se había mandado al ataque con una gran velocidad.
No sabía que hacer, veía como mi enemigo acortaba distancias por cada segundo que pasaba, no fue hasta que estaba a un par de metros que intente armarme de valor... derrepente, tuve casi la misma sensación que experimente al inicio de la catástrofe.
Senti como todo mi cuerpo se llenaba de una energía, que si podría descibirla con un color, diría que era una energía morada; no estaba seguro de que estaba pasando, pero era seguro que después de haber experimentado eso de nuevo, ahora me sentia cómo si fuera más fuerte y más rápido, sentía que podía correr una maratón y no sudar ni una sola gota, me sentí por un segundo... Invencible.
A pesar de aquel momento que se volvería icónico para mí, la realidad era que estaban apunto de atacarme, seguí mis instintos e hice lo primero que se me vino a la mente...
Simplemente espere que mi contrincante estuviera en mi rango de ataque para solo darle una patada con todas mis fuerzas.
Así fue lo que pasó, aquel pequeño demonio recibió la potente patada y salió volando por los aires hasta atravesar la ventana de una tienda cercana, y yo... Yo me sentía increíblemente bien, aunque creo que fue por el shock de adrenalina que me dió mi cuerpo, cuando por fin se terminó el efecto, volví en si y mire a los lados para ver en dónde estaba Ai, y hacerle un gesto con la mano para que viniera hacia mi posición.
-tenemos que llegar rápido al centro, lo más probable es que el edificio de mi mamá esté protegido, vámonos antes de que ese pequeño llame a sus amigos.-
Mi madre trabajaba para un ministro importante en la embajada, así que ese lugar debería tener almenos un poco de seguridad en su interior.
Por mi lado me dirigí al cuerpo del policía que ya estaba muy destrozado e irreconocible y al ver qué aún mantenía su pistola semiautomática en su mano, la tome y al parecer contenia unas cuantas balas en su cargador.
Nunca había disparado un arma, pero gracias a los videojuegos y uno que otro vídeo acerca de la historia de las armas que no mostraban en la secundaria, tenía una idea vaga de como se disparaba un arma de este estilo.
-Blyke ¿Que crees que haces? No sabes usar algo asi-
Ai parecía estar muy asustada y algo angustiada, era obvio ya que ninguno de los dos había pasado por algo así, tiempo atrás intentamos llamar a su familia pero al parecer la señal se había caído.
-cierto... no se usarla, pero aun así es mejor que no tener nada con que podernos defender- respndi con algo de firmeza y un poco de miedo en mi voz.
Ahora mismo me tocaba ser entre los dos, el que tomara las decisiones y guiar a este pequeño grupo de dos personas por el mejor camino, pero no sabía si estaba listo para cagar con ese duro trabajo.
Algo más que tengo que agregar es que desde el inicio de la catástrofe, parece que desbloquee un radar, era raro... Pero podía sentir la prencecia de las personas que nos rodeanban, al inicio, en la escuela pude sentir un poco la precencia que tenían los otros estudiantes; también sentí un poco la precencia del demonio de hace un rato... Y también sentí algo muy parecido en ese instante...
Sentí la misma prencia maligna, no era una, ni dos... Eran como veinte, veinte de esas cosas que al parecer ya nos habían visto, y que estaban a casi más de 30 metros atrás de nosotros.
-corre Ai, vienen más de sus amigos-
Al inicio aquellas criaturas no se habían percatado de la prencecia de Ai y la mia, parecía que estaban entretenidos en algo más, pero solo hubo un pequeño error, al intentar correr, termine gopeando el arma del policía contra un auto causando que se dispara la alarma del vehículo.
-vamos... ¡¡¡rápido!!!-
Lídere la carrera hacia un callejón que no pense que terminaría resultando en el fin de nuestra vía de escape. Estábamos rodeados de almenos unos veinte o veinticinco demonios pequeñs y un par de demonios de un rango un poco más mayor.
-atras de mi Aisha-
Puse a Ai atrás de mi espalda mientras que apuntaba hacia los demonios que no paraba de juntarse... no sabía que hacer... no podía pedirle ayuda a alguien más... no sabía si ese sería mi fin y el de Aisha... pero si lo era, no dejaría que nos llevarán tan fácil.
Disparé en repetidas ocasiones a los demonios que al parecer no les hacía ningún rasguño las escasas balas que impactaban en sus cuerpo, estaba demasiado asustado... tanto que seguía jalando del gatillo aunque ya había vaciado su cargador por completo, mire una vez más de reojo a Ai, la cual tenía sus oídos y ojos tapados y que probablemente ya se había resignado a morir.
Por mi parte yo también estaba igual de convencido de que ese sería nuestro fin... Uno de los demonios rojizos se abalanzó contra nosotros para darnos el golpe final... pero hubo algo, normalmente al estar al borde de la muerte, la persona es capas de ver su vida pasar enfrente de sus ojos... Pero eso no pasó conmigo, inmediatamente escuché un sonido, era como si cortaran el aire seguido de otra secuencia de sonidos sordos.
Una persona callo de los cielos cortando al demonio a la mitad de un solo tajo de su arma, era rápido y fuerte, ya que me costó encontrar su precencia al inicio, pero al sentirla por completo... Era algo abrumador el poder que emanaba.
Solo fue necesario que uno de los demonios callera para que el resto saliera escapando al ver qué no serían capazes de hacerle frente a una sola persona con una espada como arma.
-ustedes dos, ¿Están bien?, escuché los disparos, y vine a investigar... por suerte los encontré antes de que fueran presas de esos demonios de categoría baja-
No respondimos nada, era obvio que estabamos en shock por lo que acababa de ocurrir y solo nos quedamos mirando a los ojos de nuestro salvador.
-ehhh... ¿Ok?... mi nombre es el capitán Walsh, en unos minutos llegará el resto de mi escuadrón... No se preocupen han sido salvados por Alltech Compañy. No tienen de que preocuparse.