¡Oh! ¡Querida soledad!
Que llegas justo al momento
que más necesito en verdad,
para contarte mi lamento.
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¡Oh! ¡Querida soledad!
Que siempre estás presente
en lo profundo de mi mente
cuando desde lo alto observo
la oscura noche abrazar la ciudad.
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¡Oh! ¡Querida soledad!
Eres tan cruel y hermosa,
cómo una majestuosa rosa,
que desborda pasión y seriedad.
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¡Oh! ¡Querida Soledad!
Me pierdo en tu cálido abrazo
mientras me recuesto en tu regazo
suavemente y observo la realidad.
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¡Ay, ay, ay! Me siento tan solitario...
Y recuerdo que estás conmigo
cómo si fueses un fiel amigo,
honesto, justo y solidario.
•••
Muchas veces pienso en escapar,
pero sin tí, soledad, no puedo avanzar
por este extenso camino de la vida
lleno de tración y problemas hecho a medida.
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¡Oh! ¡Querida soledad!
Eres tan justa y llena de maldad,
que escuchas mis penurias y tristezas,
mientras de mí te ríes sin delicadeza.
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¡Oh! ¡Soledad querida!
Qué sería yo sin tu sabiduría.
Que sutilmente me cubres la herida,
mientras ahogo las penas,
con un pequeño vaso de tequila
en ésta noche oscura, fría y tranquila.
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¡Oh! Soledad querida...