El primer día de la cultivación pasó justo así. Yu Tian estaba tan cansado que se quedó acostado en la cama toda la noche.
Estaba demasiado perezoso para levantarse y practicar los suaves pasos de las olas ascendentes. Todo lo que quería hacer era acostarse y practicar la fuerza interna sin nombre.
Al día siguiente, sintió que su cuerpo estaba un poco rígido. No sabía si era porque lo habían golpeado tan mal que sus nervios habían desarrollado una ilusión o si el rey ACALANĀTHA tenía tal efecto para empezar.
Yu Tian decidió dejar de practicar y dejar que su cuerpo se recuperara para acostumbrarse.
En cualquier caso, el rey ACALANĀTHA no requería un ritmo de entrenamiento específico. Solo pedía que el practicante actuara según su habilidad y no lo golpeara hasta matarlo.
Por la noche, Yu Tian finalmente sintió que su cuerpo estaba un poco más normal. Sus nervios y sensaciones se habían recuperado, y la rigidez en su cuerpo había desaparecido básicamente.