—Sin embargo, el sueño de toda la vida de la asistente femenina ya no era posible —se había convertido en una cautiva, y su Príncipe Encantador yacía en el suelo a su lado —podía traicionar a su jefe sin ningún escrúpulo, y el número 76 también podía destruir el cuerpo sin ninguna carga psicológica —la asistente femenina solo quería conservar su vida. Sin embargo, a Kobe no le satisfacía su confesión
—Kobe escupió y maldijo —tú b * tch, estas cosas que dices no tienen ningún valor —ni siquiera puedes decirme la identidad de este hijo de perra salvaje...
—Yo sé su identidad —tiene una compañía en la capital —tiene unos ingresos muy altos —es un hombre rico...
—¿Qué compañía?
—Una compañía farmacéutica —creo que se llama... se llama Doug Creature...
—La asistente femenina luchaba por recordar el asunto