Temprano la siguiente mañana.
Yu Tian estaba a punto de comunicarse con el tipo que se había chocado con él con los saludos del este y del oeste en la mañana.
—¿Quién iba a pensar que Cass atraparía a este tipo de un solo golpe, lo capturaría en un instante y le daría una feroz patada en el trasero, haciéndolo rodar por las escaleras y caer al suelo? Este tipo quería maldecir, pero cuando miró a Cass, ¡cerró la boca!
Esa era la verdad. Este era un lugar donde se respetaba a los fuertes. Yu Tian no usaría su simpatía aquí.
Estos no eran gente común. Las personas aquí eran un montón de tipos con las manos manchadas de sangre.
Cass se palmoteó las manos y se retiró automáticamente detrás de Yu Tian. Parecía un secuaz.
Un secuaz calificado. Quizás era así. Con tal de que cualquiera del otro lado se atreviera a tocar a su amo, actuaría decisivamente y se desharía de todas las personas que amenazaran a su amo.
