Yu Tian no quería perder más tiempo en Molton.
¿Qué tan bueno sería tener tiempo para jugar e ir de fiesta? ¿Qué tan bueno sería ligar con chicas?
El yate avanzó rápidamente. Yu Tian miró hacia atrás y vio más de cincuenta yates siguiéndolos. Cada yate tenía más de diez guardias de seguridad con arpones en sus manos.
Yu Tian sacudió ligeramente la cabeza.
—No son rival para el probador. Solo están aquí para evitar que Morton se escape.
A medida que la ciudad desaparecía gradualmente, la expresión de Yu Tian se volvía cada vez más tranquila.
En ese momento, la voz de Chu Xuan se transmitió a los oídos de Yu Tian a través de la radio.
—Todavía estás a diez millas náuticas de ese carguero. El clima es muy bueno. ¡Recuerda ponerte unos pantalones cortos de natación cuando entres al agua!.
Yu Tian no quiso perder más tiempo. Dio media vuelta y asintió a Chu Qian.
Chu Qian ordenó de inmediato a todos los guardias de seguridad: