Rodeada por una docena de guardaespaldas, Chu Wei llegó frente a todos como una celebridad. Saludó a Chu Xin y a los demás uno tras otro, pero ignoró a Chu Qing.
Chu Qing no se preocupó por esto en absoluto. Simplemente la miró indiferente.
Sólo habían pasado unos años desde la última vez que se vieron, pero esta Chu Wei había crecido. Realmente tenía un aspecto diferente y era incluso mejor vistiéndose que antes.
Su cabello corto a la altura del cuello y su maquillaje indiferente la hacían parecer aún más delicada y bonita. Con su altura de 1.7 metros y su figura perfecta, el vestido negro que llevaba realmente la hacía parecer una modelo.
En este momento, Chu Wei miró a Chu Qing y dijo con una sonrisa fría:
—Lamento mucho, pero debes estar muy enojada porque tome tu lugar esta vez, ¿verdad? En realidad, yo tampoco quiero venir. Esto es una orden de la familia.
