Chu Meng se enteró rápidamente de las noticias.
En el pasillo del hospital, Chu Meng dijo en voz baja:
—Recientemente, un grupo de mafiosos rusos llegó aquí, pero solo esos viejos rusos saben quién los contrató.
—Además, estos rusos son especialmente profesionales. ¡Todavía se desconoce su paradero!
—Maldita sea, ¿hasta la Mafia está aquí? —Yu Tian se rió de sí mismo—. Parece que mis enemigos no son simples. Sin embargo, ¿crees que la familia Agras los encontró?
—Eso es imposible. La familia Agras está eligiendo actualmente un nuevo jefe de familia. Además, es raro que la Mafia haga esto. Si quieren encontrar asesinos, ¡la familia Agras puede hacerlo ellos mismos! —respondió Chu Meng.
La explicación de Chu Meng tenía sentido.
Lo más importante ahora era encontrar a estos viejos rusos.
Había una persona que podría hacer esto.