Yu Tian miró a la espalda de Chu Hui y se sintió incómodo.
Las 108 hermanas tenían 108 destinos diferentes. No todas las hermanas vivirían de acuerdo a su voluntad.
Aunque este fuera su destino, había muchas personas en este mundo que no aceptaban su destino.
¿Él no era uno de ellos?
Después de que Chu Hui se fue, Yu Tian suspiró y dijo con voz baja:
—El cerebro de Chu Hui está siendo controlado por alguien. ¿Qué está haciendo ahora? Tal vez ni siquiera lo sepa...
—Es incorrecto tratarla así. Después de todo, ella es tu hermana. No podemos abandonarla todavía. Solo estoy haciendo esto para que la persona que la controló aparezca de inmediato...
—Solo entonces podremos hacer que Chu Hui recupere la razón de inmediato y se convierta en tu verdadera hermana. Sin embargo, mi familia no parece saber la razón detrás de esto. Para evitar otra masacre...,
