—Chu Ya envió la información de esta persona a Yu Tian.
—Chu Meng y Chu Yue la miraron al mismo tiempo y ambas lanzaron un suspiro de asombro.
—¿Qué pasa? ¡Parece que han visto un fantasma! —dijo Yu Tian, desconcertado.
Chu Meng apretó los dientes y dijo fríamente:
—El nombre de este tipo es Boris, también tiene un apodo, Bisturí. Es un asesino especialmente cruel. ¡Innumerables personas en el mundo han muerto en sus manos!
—Muchas organizaciones contra-asesinos a nivel internacional quieren la vida de Bisturí, pero nunca pensaron que él realmente estaría en Rusia. La leyenda dice que este tipo es como un gato, con nueve vidas. ¡No puede ser asesinado sin importar qué! —agregó Chu Yue.
Parecía un dios, pero ¿Yu Tian realmente creía que había alguien en este mundo que no podría ser asesinado?
Yu Tian solo respondió despectivamente a las palabras de las dos chicas:
—No me importa si es un bisturí o un cuchillo de cocina. ¡Es un cuchillo inútil en mis manos!