El anciano fue bastante implacable. Recogió la azada y comenzó a cavar.
Yu Tian esquivó y dijo:
—¡Puedo invertir en ti para construir un jardín medicinal más grande, mejor y más avanzado!
El corazón de Gong Ru dio un vuelco. Clavó la azada en el suelo y dijo fríamente:
—¿Me estás tomando el pelo? Te ayudo a salvar a una persona y ¿tú inviertes en mí? ¿Crees que soy viejo e ingenuo? ¿Crees que puedo sacar tu mierda con una azada? ¡!
Incluso si pudiera sacarlo, aún contaría.
Yu Tian sonrió despectivamente y dijo con sinceridad:
—La vida y la muerte de decenas de miles de personas dependen de esta persona. En este momento, solo tú puedes salvar a esta persona.
—Sé que es muy descortés invitarte aquí de repente, pero mi saliva es un clavo. Invertiré en ti cuando diga que te invertiré. ¡No mentiré! —dijo él.
Gong Ru fue ligeramente conmovido por la sinceridad de Yu Tian.
Arrojó la azada a un lado y dijo indiferente:
—¡Dame una botella de vino primero!
